Os escribo desde el
Jungle World Resort en Sauraha, Chitwan. Hoy ha empezado lo que llamo
la semana de transición o semana de ruta. Me he montado una semana
de visita por tres sitios nepalíes antes de ir al otro orfanato. La
primera parada es el Parque Nacional Royal Chitwan que se encuentra
al sur del país y hace frontera con la India. Aquí se tiene la
posibilidad de contemplar algunos de los últimos rinocerontes de un
sólo cuerno del planeta, subir a lomos de un elefante o ver el
tigre de Bengala.
A las 6 de la
mañana ya estaba caminando hacia la parada de autobús que me
llevaría aquí, a las 7 hemos partido y ahora, a las 2 del mediodía
aproximadamente he llegado al hotel y me han recibido con un zumo de
mango. Me he quedado flipando con la habitación. Parece una pequeña
casita en medio de algo tropical. Es todo como muy exótico. Aquí
hace mucha más calor que en Katmandú, es terrible. El viaje ha ido
bien aunque un poco cansado, hemos hecho dos paradas. En una me he
comprado unas galletas porque no había desayunado y en la otra un té
negro y dos tostadas. Han habido dos cosas curiosas durante el viaje.
La primera es que el autobús se ha parado delante de una escuela que
se llamaba Nea School y Nea es mi apodo de toda la vida. La segunda
es que, en otra de sus frenadas, he empezado a oír mucho ruido. Me
asomo a la ventana porque la tenía abierta y tenía el brazo afuera
y me doy cuenta de que tengo un muerto debajo. Un muerto que imagino
que lo llevaban a la pira crematoria, vestido con sus mejores galas y
un montón de gente llevándolo y cantando algo que parecía un poco
ritual. Me ha dado un efecto cuando he visto que un poco más y lo
toco que no os imagináis.
Después de llegar
a la habitación me he dado una ducha de agua fría que me ha sentado
super bien y me he ido al restaurante a comer chowmein con pollo
mientras aprovechaba para escribir un poco. Ha venido mi guía y me
ha presentado el planning para los días que estoy aquí. A la hora
nos hemos ido y me ha enseñado dónde y cómo viven los Tharu, que
son una casta de aquí. Son super amables y he podido ver el interior
de una casa, cómo estaba construida, todo. También he podido jugar
con los patos bebés que tenían en el patio. Hace un calor aquí que
yo no paraba de sudar. Andando el guía me ha comentado la variedad
de especies que hay aquí. Imaginaos mi cara cuando me dice que hay
pitones entre otras serpientes, que hay dos tipos de cocodrilos y no
sé cuantas cosas más. Hemos caminado por la jungla porque le habían
dicho que había un rinoceronte en el agua y lo hemos ido a ver.
Tonta de mí me había dejado la tarjeta de memoria así que las
pocas fotos que he podido hacer han sido con el móvil. Ha sido
impresionante ver al rinoceronte. También habían, al otro lado del
río, elefantes.
Hemos continuado
caminando y de repente me señala algo y me dice qué es eso? Y le
digo, pues barro con plantas, qué va a ser. Se ríe y continuamos
caminando, me dice mira ahora, qué es eso? Cuando he visto que el
barro y plantas se movía me ha entrado una cosa en la barriga,
porque no era lo que yo decía que era... ¡era un cocodrilo! Después
de verme la cara, encima, el guía me dice que mañana nos toca canoa
y que iremos por la zona de los cocodrilos, pero no de los que sólo
comen peces no, ¡de los otros! Mañana tendré que vestirme con
colores oscuros para no llamar la atención en la jungla que tenemos
que caminar por allí antes de subirme a los elefantes. Qué fuerte
me parece todo, yo haciendo esto, quién me lo iba a decir.
Cuando hemos vuelto
he comido momos vegetales y como me decían que comiera más que era
muy poco he probado el masala papad, que es pan indio con un relleno
de vegetales por encima, me ha encantado. El problema es que con los
dos platos reventaba. He ido a la habitación a coger la tarjeta de
la cámara y nos hemos ido a ver una muestra de las danzas populares
de los Tharu. Eran danzas que bailaban en el templo, danzas que eran
ofrendas,... Ha sido una experiencia chulísima, más porque cuando
ves cosas así caes en la cuenta que la misma pasión por la danza
que ves en un ballet de Angel Corella también lo encuentras aquí,
en una casta que vive en casas de bambú y adobe.
Poco más por hoy.
Me despido que mañana toca sesión de elefantes, pájaros, canoa y
jungla. Un beso muy grande desde el pueblo de los Tharu.