martes, 31 de julio de 2012

Os escribo desde el Jungle World Resort en Sauraha, Chitwan. Hoy ha empezado lo que llamo la semana de transición o semana de ruta. Me he montado una semana de visita por tres sitios nepalíes antes de ir al otro orfanato. La primera parada es el Parque Nacional Royal Chitwan que se encuentra al sur del país y hace frontera con la India. Aquí se tiene la posibilidad de contemplar algunos de los últimos rinocerontes de un sólo cuerno del planeta, subir a lomos de un elefante o ver el tigre de Bengala.

A las 6 de la mañana ya estaba caminando hacia la parada de autobús que me llevaría aquí, a las 7 hemos partido y ahora, a las 2 del mediodía aproximadamente he llegado al hotel y me han recibido con un zumo de mango. Me he quedado flipando con la habitación. Parece una pequeña casita en medio de algo tropical. Es todo como muy exótico. Aquí hace mucha más calor que en Katmandú, es terrible. El viaje ha ido bien aunque un poco cansado, hemos hecho dos paradas. En una me he comprado unas galletas porque no había desayunado y en la otra un té negro y dos tostadas. Han habido dos cosas curiosas durante el viaje. La primera es que el autobús se ha parado delante de una escuela que se llamaba Nea School y Nea es mi apodo de toda la vida. La segunda es que, en otra de sus frenadas, he empezado a oír mucho ruido. Me asomo a la ventana porque la tenía abierta y tenía el brazo afuera y me doy cuenta de que tengo un muerto debajo. Un muerto que imagino que lo llevaban a la pira crematoria, vestido con sus mejores galas y un montón de gente llevándolo y cantando algo que parecía un poco ritual. Me ha dado un efecto cuando he visto que un poco más y lo toco que no os imagináis.
 
Después de llegar a la habitación me he dado una ducha de agua fría que me ha sentado super bien y me he ido al restaurante a comer chowmein con pollo mientras aprovechaba para escribir un poco. Ha venido mi guía y me ha presentado el planning para los días que estoy aquí. A la hora nos hemos ido y me ha enseñado dónde y cómo viven los Tharu, que son una casta de aquí. Son super amables y he podido ver el interior de una casa, cómo estaba construida, todo. También he podido jugar con los patos bebés que tenían en el patio. Hace un calor aquí que yo no paraba de sudar. Andando el guía me ha comentado la variedad de especies que hay aquí. Imaginaos mi cara cuando me dice que hay pitones entre otras serpientes, que hay dos tipos de cocodrilos y no sé cuantas cosas más. Hemos caminado por la jungla porque le habían dicho que había un rinoceronte en el agua y lo hemos ido a ver. Tonta de mí me había dejado la tarjeta de memoria así que las pocas fotos que he podido hacer han sido con el móvil. Ha sido impresionante ver al rinoceronte. También habían, al otro lado del río, elefantes.
 
Hemos continuado caminando y de repente me señala algo y me dice qué es eso? Y le digo, pues barro con plantas, qué va a ser. Se ríe y continuamos caminando, me dice mira ahora, qué es eso? Cuando he visto que el barro y plantas se movía me ha entrado una cosa en la barriga, porque no era lo que yo decía que era... ¡era un cocodrilo! Después de verme la cara, encima, el guía me dice que mañana nos toca canoa y que iremos por la zona de los cocodrilos, pero no de los que sólo comen peces no, ¡de los otros! Mañana tendré que vestirme con colores oscuros para no llamar la atención en la jungla que tenemos que caminar por allí antes de subirme a los elefantes. Qué fuerte me parece todo, yo haciendo esto, quién me lo iba a decir.

Cuando hemos vuelto he comido momos vegetales y como me decían que comiera más que era muy poco he probado el masala papad, que es pan indio con un relleno de vegetales por encima, me ha encantado. El problema es que con los dos platos reventaba. He ido a la habitación a coger la tarjeta de la cámara y nos hemos ido a ver una muestra de las danzas populares de los Tharu. Eran danzas que bailaban en el templo, danzas que eran ofrendas,... Ha sido una experiencia chulísima, más porque cuando ves cosas así caes en la cuenta que la misma pasión por la danza que ves en un ballet de Angel Corella también lo encuentras aquí, en una casta que vive en casas de bambú y adobe.

Poco más por hoy. Me despido que mañana toca sesión de elefantes, pájaros, canoa y jungla. Un beso muy grande desde el pueblo de los Tharu.

lunes, 30 de julio de 2012

Estoy en la cama del Katmandú Garden House intentando escribir algo para que comprendáis cómo ha sido este día tan emotivo para mí. Esta mañana ha venido al orfanato una familia de Barcelona, hemos conectado desde buen principio, ha sido poco tiempo el que hemos estado juntos pero con unas conversaciones y un todo geniales. Kasturi y Pramila han venido a mi habitación con cartas para mí y para Javi. Cartas preciosas de las que tengo frases marcadas en la mente que creo que no se borrarán nunca. Después de intentar pasar el día más o menos distraído en el Thamel ha tocado volver y proceder al momento más difícil: la despedida. Me ha dado un vuelco el corazón cuando he llegado del Thamel y he entrado en la sala de estudio. Kasturi me ha mirado con una cara muy triste y Mahesh me ha preguntado directamente: Andrea, fine? (también me lo preguntó ayer) A lo que yo le he contestado que sí, y que si él también estaba bien. Ha hecho un no rotundo con la cabeza. Me he tomado un té y Gita en la cocina me iba diciendo que me quedara a comer el arroz, que me quedará a no sé qué pero yo no quería alargar tampoco más el momento. Gita me ha empezado a decir que había pasado muchos momentos felices conmigo. Como habla este inglés-apache iba diciendo: Andrea very very very (multiplicado por veinte) nice. Y le iba diciendo cosas buenas de mí a la familia de Barcelona.

Me he acercado a la sala de estudio y creo que nunca podré olvidar la cara de Kasturi. Se ha levantado y ha venido hacia mí y yo ya estaba llorando a moco tendido. Me ha dado un abrazo enorme y se ha separado un poco porque estaba llorando también pero me ha vuelto a abrazar. Pramila también me ha dado un achuchón muy grande y Sangham me ha chocado la mano. Me he despedido con un adiós y un intento de sonrisa con los demás. Me he girado y he visto detrás, un poco apartados, a Mahesh y a Bijay con una cara... que la verdad es que mi reacción automática ha sido ir y abrazarlos por separado. Después he ido a Gita y le he dado un buen achuchón, ella me decía no vas a volver? Y yo le he dicho que obviamente intentaría volver antes de irme a Barcelona y que no podía evitar llorar. La pobre también estaba bastante triste. Ya no aguantaba más allí así que he echado a andar y de repente me ha venido a la cabeza que no me había despedido de Suman. Me giro y lo tenía detrás. Automáticamente he chillado: ¡Suman! Y él me ha dicho: ¡pensaba que te olvidabas de mí! Me ha dado un abrazo que no podré olvidar. Es un gran hombre.

Pramila me ha cogido de la mano y Bijay se ha puesto al otro lado. Han dicho que venían al bus conmigo. Me he girado y he visto detrás mío a Mahesh y a Hari con unas caritas que no olvidaré. Suren iba gritándome que nos veíamos al día siguiente y que me daba un gran gran abrazo. Hemos ido hacia el bus y los he vuelto a abrazar. Me he subido al bus llorando y ha arrancado. Físicamente me he ido pero una parte de mí se ha quedado allí, en varios sitios. En la cocina, riendo con Gita y comunicándonos con gestos. En la habitación de los niños, mirando una película a escondidas de Suman más tarde de lo permitido. En el patio, haciéndole cosquillas a Kasturi y bailando el tango con ella. O persiguiendo a Bijay o a Hari porque no paran de chinchar. En el bidón de agua, donde Bijay y yo nos tirábamos agua mientras lavábamos los platos. En la terraza de la segunda planta, donde Suman y yo hemos conectado y me he dado cuenta de que es uno de los hombres con el corazón más grande que he conocido. En la sala de estudio, donde he hecho de profesora, de cojín, de taquillera, de amiga, de hermana y de madre. En la habitación de las niñas, donde he tenido sesión de peluquería con Anita cada día. Y, sobretodo, en la habitación de invitados de la segunda planta, donde me asomaba a escondidas varias veces al día para verlos y desde donde me llegaban los gritos de Gita llamándome para ir a comer, la risa contagiosa e inocente tan propia de Saugat y tantos otros momentos felices.

Mi cuerpo se va, pero sigo estando allí, bebiendo té negro y con una sonrisa en mi cara, sintiéndome la persona más afortunada del mundo por haberlos conocido. Espero haber dejado la mitad de lo que ellos me han dado a mí. Pramila me ha escrito en su carta hoy que estaba triste porque me iba y, mientras había estado, habíamos sido una familia que lo compartía todo. Se equivocaba en algo, sé (y estoy muy segura de ello) que seguiremos compartiendo un montón de cosas. Os dejo con algunas fotos.
Buenas noches de parte de la tía Andrea, la más afortunada del mundo.

 (Bijay, Pramila, Binod, Kasturi y yo haciendo limpieza a fondo de la cocina)
 (Saugat, Anita y yo haciendo pulseras)
 (Hari entregado con las pulseras)
 (Nuria, Anita, Bijay, Sangham, Saugat, Binod y yo)
 (Bijay y yo)
 (Suren, the boss, y yo)
(Una de las fotos más bonitas, con Bijay)

domingo, 29 de julio de 2012

 (Suman, mi director favorito, y yo)
Mi día ha empezado un poco regular. La verdad es que me he levantado bien pero a sabiendas que hoy era mi penúltimo día aquí. Volveré a recoger la maleta después de la semana de tour y antes de partir hacia el otro orfanato. También le he pedido a Suren y a Suman si puedo venir aquí los dos días antes de irme a España. En vez de irme al hotel, me gustaría más estar aquí. He dejado los niños en la escuela y me he ido a caminar, mi último paseo aquí. Lo he disfrutado muchísimo pero tenía los sentimientos muy a flor de piel, una cosa bestial. He vuelto con el cuerpo tibio y con un nudo en la garganta.

A la 1 Gita y yo nos hemos ido a por momos y pepsicola. Era mi comida oficial de despedida para con ella. La verdad es que ha estado super bien, Gita y yo creo que tenemos una conexión muy especial, me lo paso genial con ella, es una gran mujer. Después de la comilona hemos ido a buscar a Anita y a Sangham al colegio, la pequeña me ha dado la mano sólo verme y ha estado así todo el camino a casa, Sangham me la daba a ratos. Cuando hemos llegado al orfanato les he ayudado a hacer deberes y, al llegar los demás, ha salido el tema de que mañana me voy. Bijay estaba con una cara bastante triste, aunque hacía por estar bien, se le nota mucho. Anita, al poco, me ha venido con un dibujo y una carta para mí. Se ha puesto a llover un montón y Gita ha venido y me ha dicho que era Shiva llorando a cántaros porque me iba mañana. Kasturi me ha dicho que no me vaya, que me quede. Le he dicho que seguramente volveré antes de irme a España.

Todos han estado achuchándome mucho, muy conmigo. Me hace ilusión porque la mayoría llevan pulseras que hicimos y dicen que así se acordarán siempre de mí. A Bijay le he regalado una, que a él no le había hecho. Hari se ha quedado un poco mal y lleva toda la tarde así. Casi ni me habla. 

La verdad es que no sé cómo estoy. No sabría expresar mis sentimientos, no me veo capaz de hacerlo. Los echaré muchísimo de menos. Realmente son unos niños muy pero que muy especiales, algunos muy sensibles. De cada uno podría deciros algo. Me siento super conectada a ellos y creo (estoy bastante segura) de que esto no se acaba aquí. En fin, poco más por hoy. Voy a preparar kleenex para mañana. Ya os contaré cómo ha ido. Os deseo muy buenas noches, por última vez, desde al lado de la fábrica de PepsiCola.

sábado, 28 de julio de 2012

Esta mañana Saugat ha venido a picar a mi puerta para decirme si quería ir con él a buscar las notas. Yo no lo he oído así que no he podido ir con él pero cuando ha vuelto ha venido a enseñarmelas super rápido. Esta ha sido una mañana de lavado. Entre mi ropa y que entre todos hemos limpiado la cocina ha sido una mañana productiva, todos hemos esperado el Daal Bhat con ansia. Cuando la tarde entraba ha llegado Nuria, una chica de Pamplona que estará aquí tres días. Parece buena chica, me ha caído bien la verdad. Yo me voy el lunes de aquí así que estaremos dos días y medio de convivencia. 

Aposentada Nuria, he bajado los hilos y hemos estado haciendo pulseras con los niños. A las tres o cuatro pulseras hechas he salido a comprar henna. Suman ha dejado que me llevara a Kasturi y Anita. Después de la compra, Kasturi me ha hecho un dibujo precioso en la mano derecha. Obviamente, y no podía ser de otra forma, cuando Kasturi ha acabado su gran obra ya estaban todos pidiéndome películas. Hoy han (hemos) visto Aladin y El rey Arturo. Mientras veían la última me he puesto sentada en el suelo con Gita hablando un rato. Son momentos de tranquilidad muy bonitos.

Al acabar el Daal Bhat de la noche algunos ya se han empezado a preparar para ir a dormir que como hoy habíamos visto tantas horas de películas mejor era irse a la cama. Han estado jugando a cartas con Nuria, que hacía una especie de trucos de magia, y cada uno a su cama correspondiente. Anita me ha regalado un collar con piezas que son cubos pequeños con letras, es un amor. Pramila estaba preocupada porque no ha ido a recoger los zapatos de la escuela al zapatero, se le ha olvidado. Tenía una cara la pobre ya que, si no llevan el uniforme correctamente también les pegan. No hemos encontrado más solución que ir mañana yo y Gita a primera hora y tener los zapatos para las 8.30 que Pramila viene a comer aquí. Espero que la profesora no se enzarce con ella a primera hora.

Poco más por hoy, prometo mañana enseñaros la mano tan bonita que me ha dejado Kasturi, a ver si puedo. El lunes me marcho de aquí así que me quedan los últimos momentos para exprimir cada detalle de aquí... Buenas noches desde al lado de la fábrica de PepsiCola.

viernes, 27 de julio de 2012

Hoy, cuando he bajado a por el té Saugat ya ha venido a buscarme para decirme que si iba con él al cole hoy también me mostraría a sus amigos. Está super ilusionado y hoy se me caía la baba con él porque iba más guapo... También les he acompañado sola y Saugat me ha cogido la mano sólo empezar a caminar. Binod al principio también pero como es más tímido me la ha soltado rápidamente. Hemos ido los tres cantando Ai seu ti pego por el camino, que están obsesionados con esta canción. Después en el colegio han venido todos los amigos de ayer a saludarme, los he dejado en la escuela y me he ido a pasear un poco más de media hora por aquí. La verdad es que este sitio me gusta un montón, es encantador. Me gusta más que el centro de Katmandú y la zona del hotel. Esto es puro Nepal y da gusto, la verdad. 

Después del paseo he decidido irme al Thamel sola. He cogido el bus aquí en el cruce y me he subido. La gente me señala cuando hay sitio para sentarme, suelen ser muy majos aquí. Me he sentado al lado de una mujer que al poco me ha dicho que tenía unas manos muy bonitas. Cuando se ha bajado, le he dicho al chico que tenía al lado si podía indicarme cuando llegáramos a la parada en la que me tenía que bajar por si no reconocía el entorno. Me ha dicho que sí y el pobre resulta que tenía que bajarse dos paradas antes pero se ha esperado a llegar a la mía y luego me ha dicho que se volvía andando a la suya, que es donde tenía la universidad. Era estudiante de ingeniería. La gente tiene cosas como estas, suelen ser personas muy amables y muy auténticas.

He disfrutado mucho del paseo hasta el Thamel. He estado haciendo algunas compras y paseando sola. Cuando he acabado he entrado en el Momo Star porque tenía un mono de momos que no me lo aguantaba y he comido mis momos favoritos: momos vegetales con queso. He estado escribiendo mientras comía, ha sido una experiencia genial. Al salir, iba a marcharme ya cuando he visto en una tienda una cosa que ha hecho que se me encendiera la luz. He entrado y el chico que la llevaba resulta que estaba estudiando español e intentaba hablarme lo mejor que podía. A mí se me escapaba la risilla porque sin quererlo metía unas entonaciones y unas cosas que por dentro me partía. Me ha hecho sentarme y me ha empezado a ofrecer té y yo diciéndole que no. entonces me ha dicho que le visitara alguna vez y así practicaba conversación en español. Le he dicho que si estaba por los alrededores del Thamel ya le visitaría. Después de esto, me ha dado la mano derecha (signo nepalí habitual) y de repente me besa la mano y yo ay madre. Me dice que me parezco nepalí y que encantado de ser mi amigo. Entonces va y me dice que en agradecimiento me regala una pulsera que tiene una semilla el nombre de la cual es: ojos de Shiva. Me la pone y también me saca un collar con un elefante (parece que me lea la mente este) que es Ganesha y me lo regala también y encima me ha hecho un buen descuento a la compra. Al finalizar, me ha indicado cómo llevar a la parada de autobuses de la forma más rápida... ¡Da gusto hacer amigos así!

Cuando iba hacia la parada de autobuses me he encontrado con una imagen muy fuerte para mí. Cuando te alejas del Thamel empiezas a ver la pobreza real, la enfermedad. Ves por la calle gente con miembros amputados o con miembros fatales pidiendo. Pero lo que me he encontrado hoy no me lo había encontrado nunca. Iba caminando cuando de repente he visto un bebé tirado en la calle con un cuenco al lado. Estaba muy sucio y tenía moscas por todo el cuerpo. Ha sido una imagen realmente cruda. La madre o familia, no sé lo que era que estaba al lado tampoco tenían mejor pinta. La cosa es que, aunque sé que esto es una técnica para que la gente dé mas dinero, es algo que me horroriza realmente. Pero supongo que cuando hay necesidad se hace todo lo inimaginable.

Me he vuelto en bus local sola, todo bien. Ya domino el tema mucho. A medio camino el bus ha tenido un pequeño problema y se ha quedado parado y nos ha hecho bajar a todos. Ha podido arrancar de nuevo y nos hemos tenido que subir casi en marcha. Típico nepalí. Yo pensaba que me quedaba ahí en medio de la nada y que no podría volver, la risa. Al volver hemos ido con Gita al colegio de Bijay y Mahesh a recoger las notas de sus exámenes. La verdad es que Mahesh lo ha hecho muy bien, tiene un 86/100 pero dice que no está contento, que quiere mejores resultados. Bijay tiene menos y estaba bastante preocupado por si Suman le decía algo. No le ha dicho nada finalmente. A quien sí le ha dicho es a Sangham, y mucho. He presenciado como le daban en la sala de estudio. Ha sido una cosa muy dura, Sangham es el más pequeño de todos. Sé que es tremendo y que Suman tiene que poner un poco de orden al asunto, él es un crío complicado que viene de la calle y es muy rebelde pero, aún así, ver escenas así me rompe el corazón.

Hoy por la calle me entraba la risa porque aquí, en Nepal, se ve cada cosa... Los nepalíes son muy ellos, por decirlo de alguna manera. Aquí ves autobuses que parecen una lata de sardinas y en los que el efecto dominó es continuo (si te caes tú, se cae el de al lado y así consecutivamente), motos con 4 personas encima, chicos de la mano (entre chicos y entre chicas ir de la mano es signo de amistad muy fuerte), etcétera. Cosas muy curiosas que no dejan de sorprenderme. En fin. Esto es todo por hoy. Mañana viene una voluntaria nueva al orfanato y seremos dos aquí, a ver qué tal va. Saludos desde el país de las cosas curiosas.

jueves, 26 de julio de 2012

Ayer por la mañana me fui en el bus local hasta donde vive Sagar y luego nos fuimos con otro autobús, que por cierto lo conducía una mujer, a la estupa Bodhnath. Esta es el centro principal del exilio tibetano en Nepal. Alrededor de la base giran unos 800 cilindros de oraciones con la inscripción: Om mani padme hum. La verdad es que me pareció un sitio muy bonito, la sensación no fue comparable a la de Pashupatinath pero estuvo muy bien. Es un lugar tranquilo y apacible y hay varias tiendas de artesanía y demás. Después de visitar también el monasterio Sagar y yo estuvimos dando vueltas por allí y al poco decidimos marcharnos. Cogí un taxi para volver al orfanato y Sagar se fue a coger un transporte que le llevara a Durbar Square que le tocaba visita con la otra voluntaria.

El viaje en taxi fue tremendo. No sé por qué razón el hombre no cogió el camino de la ciudad y se empezó a meter por zonas no asfaltadas y, claro, teniendo en cuenta que durante la anterior tarde y la noche había llovido un montón había allí un barrizal que tela. A veces el coche iba ladeado porque intentaba no pillar todos los charcos y yo pensaba madre mía no llego al orfanato. La situación más crítica fue cuando llegamos a un barrizal enorme y había un coche y un camión encallados. Ahí sí que pensé, de esta no salimos yo no llego al orfanato y encima no tengo ni idea de dónde estoy. Pero el señor taxista, con la primera y el pedal a tope le dio y al final conseguimos salir del apuro. Llegué al orfanato bien después de tanto sobresalto.

Ayer fue un día especial en el orfanato, el Día Oficial de los Macarrones con Tomate (y pollo, en este caso). A las 5, mientras los niños hacían los deberes Gita y yo nos pusimos a cocinar. La verdad es que salieron buenos. A todos les gustaron mucho excepto a Pramila que creo que no le gustan los macarrones y la veía hacer un poco de esfuerzo para comérselos. La pobre me dio las gracias después. Este gran e importante día queda documentado en una foto como podéis ver. Después de la cena acabamos de ver La Cenicienta y empezamos a ver Robin Hood. Yo me dormía en la película, estaba cansadísima ayer. Al poco se fue completamente la electricidad y salí de la habitación d los chicos con el ordenador en mano, el disco duro, el móvil y la riñonera. Como no veía nada me salté un escalón (para subir a mi habitación y a la de Souman hay una especie de escalera pronunciada) y me caí para abajo metiéndome una leche de consideración. Menos mal que estaba Bijay y me ayudó y vino a mi habitación para darme la mano y decirme buenas noches como cada día. A la hora más o menos se fue todo, la luz, el Internet, etc. Salí a lavarme las heridas y Souman me viene todo preocupado diciéndome que no podré acceder más a Internet y yo diciéndole que estuviese tranquilo que estaba cansada y me iría a dormir y él todo preocupado diciéndome que vale, que me lo intentaría arreglar al siguiente día por la mañana si las placas solares tenían carga. Souman es muy buen hombre me cae genial y está muy pendiente de mí y de que esté bien. Me dice que esta es mi casa y que haga lo que quiera. Ayer estaba un poco mal porque tiene glaucoma y no ve mucho y se le había irritado un ojo por dentro y aún le era más incómodo mirar.

Hoy me he despertado y duchado con agua fría como siempre. Cuando he bajado Gita me ha preparado el té (que es té negro, según me ha dicho) y ya han bajado Kasturi, Bijay, Hari, Binod y Saugat a hacer perrerías. Pramila ha venido al poco, se habrá acercado al colegio para resolver dudas de los deberes. Esta chiquilla me tiene preocupada. Intento vigilarla siempre aunque no le diga nada. Hoy se ha levantado otra vez a las 4 de la madrugada para estudiar y hacer deberes. No duerme ni 6 horas al día. Le he dicho que el sábado haga el favor de dormir mucho y descansar sobretodo. Al poco me ha venido Saugat a decir que si iría con él al colegio y le he dicho que sí que obviamente y estaba todo contento porque decía ¡te voy a presentar a mis amigos, bien! Así que post-té y ha tocado el ritual de ver como se ponen los uniformes, como se peinan o se echan colonia. Le ato los cordones a Saugat, le quito una mancha de arena que lleva Binod en el pantalón y nos vamos para la escuela. Hoy ya les he acompañado yo sola, me ha hecho ilusión. Cuando hemos llegado Saugat ha empezado a chillar no sé cuantos nombres y a decirme you wait y yo que sí que sí que no me muevo de aquí. Me ha traído a 5 o 6 amigos y me iba diciendo este es el primero de clase, este el segundo, este hace tal el otro cual. Estaba emocionadísimo.

Los he dejado en el cole y, como iba sola, he decidido echar a andar para ver un poco como eran los alrededores del orfanato. He andado como 45 minutos, no sé dónde he llegado pero he descubierto por el camino una tienda que hacen pastelitos nepalíes. Son distintos a los árabes pero están muy muy buenos. He visto y probado tres: una bola como rellena de coco con miel por encima, una galleta muy buena que no sé de qué era y un rombo que creo que tenía frutos secos. Me los he comido de vuelta al orfanato. Aquí no hay aceras así que me estoy volviendo ya toda una experimentada en esquivar coches, motos, bicicletas, autobuses y todos los medios de transporte.

Por la tarde he ido a comprar mangos y a pasear un buen rato. Sin rumbo fijo ni nada por el estilo, simplemente a pasear por el placer de pasear. Ha sido un día bastante reflexivo pero muy bonito. Me encanta salir a pasear y que la gente me sonría. Es genial. Cuando he vuelto hemos puesto un poco de música con el móvil y luego Hari me ha regalado un dibujo precioso. Por la noche, como no, ha tocado sesión de película. Hoy hemos acabado Robin Hood y les he puesto, recomendación mía, El libro de la selva. Les he dicho que les encantaría y efectivamente, así es. Mientras ellos veían la película Gita me pintaba las uñas del rojo que se ponen aquí las mujeres en la festividad que estamos porque dice que no puede ser que me muerda las pieles, me va diciendo: bad, Andrea! Y esto es todo por hoy, amigos. Ya iré subiendo noticias y fotos de estas personitas geniales. Un besazo enorme desde el país de las sonrisas.

martes, 24 de julio de 2012

Ayer fui a Pashupatinath. Había quedado con Sagar para ir pero al final no pudo venir y fui sola. La verdad es que, viéndolo a posteriori, tenía que ir sola a un lugar como este. El taxi me dejó en la entrada y, como yo no había comido nada y el taxista tampoco tenía cambio, me compré en un bar nepalí (entrecomillemos lo de bar, por favor) un zumo de mango y una rosquilla que hacen aquí para comer y tuve cambio para pagarle, todos contentos. Pagué la entrada y contraté a un joven estudiante que era guía por tres euros. Cuando llegamos a la zona principal todo empezó a impactarme mucho y a impresionarme. En este templo se incinera a la gente. Las incineraciones aquí son públicas y siguen todo un ritual. Primero se coloca el cuerpo que se procederá a incinerar, el hijo de la familia da vueltas alrededor del cuerpo con una especie de ofrendas en las manos y luego es la última vez que pueden verle la cara. Después, el incinerador empieza a hacer arder el cuerpo hasta que este se convierte en una enorme llamarada de fuego que tarda 5 horas en quemarse. Transcurrido este tiempo, se tira al río sagrado donde hay algunas personas buscando oro ya que, a veces, se les colocan monedas de oro en la boca a los muertos para la siguiente vida. El cuerpo se quema, obviamente, pero las monedas no. En Pashupatinath hay dos zonas, la zona de los pobres y la de los ricos, y un pilón que es donde se queman a presidentes y otras personalidades importantes.

Me explicó el significado de los templos con los lingam, los diferentes dioses que estaban pintados o esculpidos y su historia y culto. Como se está celebrando la festividad en la que las mujeres van al templo o a pedir un marido o a pedir larga vida para su marido, había un montón de gente. Aquí las mujeres rezan para que su marido tenga una larga vida y para que ellas se mueran primero. Es algo muy fuerte cuando te lo dicen pero es real. Las mujeres quieren morir primero que sus maridos porque, cuando se quedan viudas, no tienen derecho a la mayoría de las cosas. Casi no pueden salir de casa. Entonces, prefieren morir antes que vivir así.

Después de que se acabara el tour y de hacerme fotos con sadhus, me quedé por allí un rato sola. Cabe mencionar, como la mayoría ya sabéis de mi gran suerte, que me atacó un mono. Estaba bebiendo el zumo de mango que había comprado cuando veo que la mayoría de la gente de mi lado se aparta, obviamente me aparté yo también y me encontré con un mono mirando mi zumo fijamente. Al poco, el chico que estaba a mi lado dándome conversación me dijo, ¡por favor tírale el zumo o te saltará encima! Así que le tiré el zumo al mono y el muy marrano coge, se lo lleva y se pone en la esquina a imitarme, bebiendo el zumo y apretando el brick. Después del incidente animal, empezó un ritual de incineración. Yo con el guía no había presenciado ninguno así que me quedé. Fue ahí donde todo adquirió otra dimensión mucho más impresionante. Ver el cuerpo, el hijo dando vueltas alrededor sostenido por personas porque no podía andar casi, la última vez que le veía la cara a su padre y como se lo llevaban llorando. Entonces, el cuerpo empezó a arder. Me quedé hasta que todo era una gran llama naranja y me fui.

Aquí tienen una visión muy distinta a nosotros de la muerte. Cuando estaba viendo la incineración, aunque sobra decir que me emocioné muchísimo, supe que allí, en ese preciso momento, había encontrado otra de las cosas que estaba buscando aquí.

Hoy he ido con Sagar al Thamel, a hacer algunas compras. Sagar es un negociante de cuidado y se hace con todo el mundo como ya he contado aquí varias veces. También nos hemos pasado por el hotel, el Katmandú Garden, para ver si estaba Sangita y para recapacitar sobre las compras. Cuando estábamos allí me he dado cuenta que echaré de menos tomarme una Coca Cola riéndome con Sagar. Después he cogido el bus local sola para volver hacia el orfanato que él había quedado con otra voluntaria que acaba de llegar para ir al Monkey Temple. Me encanta ir en bus local, aunque a veces parece una lata de sardinas o tienes que hacer esfuerzos para no caerte encima de alguien, es una experiencia chulísima. En el Thamel he comprado macarrones y salsa de tomate, mañana será el Día oficial de los macarrones con tomate. Cuando Anita y Bijay los han visto se han puesto super contentos. Bijay, que ya estaba abrazado a mí, me ha empezado a dar besos. También les he comprado galletas que anteayer se acabaron. 

Anita cada día, antes de ponerse a hacer los deberes, me peina igual que va peinada ella. Me lo retoca varias veces antes de que se acabe el día. A medida que van haciendo los deberes me lo van diciendo y se los corrijo o me preguntan cosas si tienen dudas. Bijay que no sé por qué suele acabar los deberes rápido, suele estirarse con la cabeza en mis piernas y hace que duerme durante un rato. Binod me ha dado oficialmente el dibujo y Bijay ha escrito una semi-dedicatoria bonita que acaba con un gracias por todo. Me ha hecho mucha ilusión.

Hoy les he dado lo que les traje. Souman iba haciendo fotos a todo muy emocionado y Suren me sonreía todo el rato. Me han propuesto que les de media hora de clase al día de español, he aceptado porque me parece una muy buena idea. Todos me han dado las gracias luego y me han dicho si les iba a poner una película (como no, con la cancioncilla del please, please). Al final les he puesto La Cenicienta. Desde buen comienzo les ha encantado y a mí me ha hecho especial ilusión porque siempre ha sido una de mis películas favoritas. Me iban diciendo qué película tan bonita y todos se reían mucho con los ratones cantando y con otras escenas. En ese momento he sentido que, aunque parezca una chorrada, creo que con cosas así les estoy dando una parte de la infancia que nunca han tenido. Así que es genial.

Me despido por hoy, que la cama me llama. Un beso enorme desde al lado de la fábrica de PepsiCola. Os muestro un pequeño repertorio de los monstruitos que conviven conmigo en el orfanato y que tanto quiero:

 Saugat, Binod y Hari
 Gita y yo
 Hari, Saugat, Puppy y yo
Anita comiendo noodles
Bijay durmiendo en mi falda
Binod, Shangam y Hari haciendo deberes

lunes, 23 de julio de 2012

El sábado llegué a la Fundación Sanu (o orfanato de Suni como le llamamos nosotros). De repente, una retahíla de muchachos en fila me dio la mano diciéndome su nombre y diciéndome que ya sabían el mío: Andrea. Después estaban las tres chicas del orfanato tímidamente escondidas en las escaleras. En total son seis niños y tres niñas. Gita, que cocina, lava y diríamos que ejerce la función de madre de los críos y Souman (creo que se escribe así), que es el director del orfanato. Después de que Sagar me enseñara la habitación me quedé un rato con Gita sentada fuera y Anita y Kasturi vinieron (la primera es la más pequeña de las niñas y la segunda la mediana). Luego se fueron y yo fui a verlas a la habitación de las niñas, Pramila, la más mayor, también estaba allí. Kasturi estaba en la cama mirando postales que le habían escrito otros voluntarios y me las dejó leer. Se me hizo un nudo en el estómago. Mi nudo aumentó cuando fui a la cama de Pramila y estaba escribiendo en una libreta, le dije que qué escribía y me contó que hacía algunas noches que no dormía muy bien y que escribía poemas a sus padres. Me los leyó en voz alta y se me puso inmediatamente la piel de gallina.

Cuando se enteraron que llevaba un disco duro repleto de películas que Javi me había dado empezaron a avasallarme todos diciéndome que querían ver una película que por favor se la pusiera. Como era su día de fiesta les dije que vale pero antes tenía que tomarme el té. Mientras me tomaba el té tenía a 3 muchachos diciéndome: ¡Bebe rápido! Son la leche. Pusimos primero el Rey León pero acabamos mirando Harry Potter 6. Cuando se acabó me pidieron por favor, por favor, que miráramos la 7. Como aún faltaba para cenar y no tenían deberes cedí. No nos dio tiempo de acabarla antes de cenar así que quedamos en ver lo que faltaba después. Cuando acabamos de cenar Pramila me viene y me dice que Anita le ha dicho en la oreja que cuando estaba Javi aquí acababan de ver las películas en el cuarto de los chicos. Así que nos fuimos todos para allí a finiquitar el film. Para haberlos grabado porque estábamos totalmente a oscuras y cada vez que pasaba algo fuerte en la película metían todos unos botes a la vez... yo me reía un montón. Anita cuando pasaba algo así me agarraba del pantalón con fuerza. Después de la película se fueron todos a dormir muy obedientes.

Al día siguiente, es decir, ayer, me levanté pronto para ir con ellos al cole. Cuando bajé Anita ya estaba con el uniforme. Son tan graciosos, todos llevan uniforme y lo cuidan un montón. Hace mucha gracia ver como salen elegantes con la camisa y los pantalones y como se ponen los zapatos y se los limpian con esmero. Yo me quedo embobada mirándolos. La mayoría se fueron solos a la escuela excepto Saugat y Binod, que los acompañamos Gita y yo. Saugat es tan pequeñito que Gita le lleva la mochila hasta casi la puerta del colegio, luego él se la pone y entra. Cabe decir que cuando se pone la mochila le llega por las rodillas.

Después de dejarlos me compré un vestido típicamente nepalí y le compré unos auriculares a Gita que se puso super contenta. Los niños le rompieron el móvil que tenía y con este nuevo que tiene tenía que enchufar unos auriculares para escuchar la radio. Ahora dice que lava y cocina la mar de feliz. Al mediodía fuimos a buscar a Anita y a Shangam al colegio. La habían liado muchísimo, Anita había roto un cuaderno aposta y creo que él también había hecho algo por el estilo. Gita me dijo que Souman les daría una torta y, cuando me lo dijo, ya no sabía quién sufría más si los niños por lo que habían hecho o yo por saber que seguramente les darían una torta. Son super pequeños los dos, de hecho, son los más pequeños del orfanato. Se me caía el alma al suelo sólo de pensarlo. Al final se quedó en una bronca y en obligarlos a copiar un trozo de un libro. Al poco llegaron los demás niños y se pusieron todos a hacer deberes. Yo se los iba corrigiendo a medida que acababan y le pregunté la lección a Hari, a Anita y a Saugat. Kasturi me pidió por favor que la ayudara en un dibujo así que cuando acabaron la mayoría nos pusimos a dibujar. Me recuerda a mí porque es extremadamente perfeccionista. Tanto que a veces parece hasta obsesivo. Es super exigente consigo misma y no cede por nada. Borramos el dibujo incontables veces y hasta una vez se me puso a llorar y todo porque estaba muy obcecada. Al final conseguimos dibujar algo que le gustara y cenamos. Durante la cena me emocioné muchísimo porque los niños me preguntaron que cuando me iba a marchar y como no lo había hablado con Suren aún no se lo pude decir. Entonces me miraron y me dijeron que me quedara un año, que se lo estaban pasando muy bien. Cuando me dijeron esto me dio un bote enorme el corazón. Más que nada porque, los que me conocéis, sabéis que no he sido nunca una super amante de los críos y con estos siento que son parte de mi familia, también porque hacía menos de 24 horas que estábamos juntos. En suma, me pareció super especial y bonito ese momento.

Post-cena, como no, todos pidiéndome por favor ver una película. Les dije que les dejaba ver media película porque los días de colegio se levantan entre las 6 y las 7. Así pues, les puse Harry Potter 8 y fui a ayudar a Kasturi. Les saqué la película a los otros y nosotras aún seguimos trabajando. Ninguna de las dos podía mucho más ya así que quedamos para el día siguiente (hoy) a las 6 en el cuarto de estudio para acabar el trabajo. Aquí en la escuela son super estrictos y usan los métodos que se usaban antes en España. Si los niños no traen los deberes hechos y demás les dan con una vara o, según me contaron, si son de una clase de pequeños los desnudan. Mientras nosotras pintábamos los demás hacían observaciones sobre el trabajo o proponían colores para que pintáramos algo. Bijay, que tanto puede ser un torbellino como el más amoroso de los mortales, más mono, me ha traído el té al cuarto de estudio.

Esta tarde cuando Kasturi ha llegado me ha dicho que le han seleccionado el dibujo como uno de los mejores. Hemos tenido que hacer otro porque tenía que 'desempatar'. Menos mal que hoy le ha costado menos dejar un poco de lado la hiperexigencia propia. Cuando hemos acabado de dibujar me ha dado la mano y me ha dicho que siempre que vea estos dibujos se acordará de mi. Todos están super amorosos conmigo. Binod me ha regalado un dibujo pero como le he dicho que escriba algo detrás me ha dicho que me lo dará mañana. Mientras le dibujaba árboles a Kasturi tenía a Hari y a Bijay estirados en mis piernas, y a Anita haciéndome mil peinados y riéndose al final porque me había hecho el mismo peinado que lleva ella.
Poco más por hoy, decir finalmente que en este orfanato he descubierto uno de los trucos más buenos para despertarse rápidamente: la ducha fría. El agua siempre está fría así que cuando te levantas, aunque tengas un sueño del copón te despiertas de inmediato. Y que, como me pasan cosas mil, había lavado casi toda la ropa que tenía, la había tendido, me levanto hoy con ilusión de ver la ropa seca y me encuentro dos cagadas de pajaro en dos prendas. Grandes, además. Tengo que volver a lavarlas.
Os dejo con una foto de los preciosos niños de Sanu viendo la última película de Harry Potter, mientras la veían yo hablaba con Gita, que me ha regalado un brazalete y me llama 'sister'. Mañana os contaré mi experiencia en el templo de Pashupatinath. Aún tengo que procesar algunas cosas. Buenas noches desde al lado de la fábrica de Pepsi-Cola.

sábado, 21 de julio de 2012

Sabía que desde Godavari no tendría internet así que he ido escribiendo un pequeño diario de estos días.  Sé que es extenso pero han sido unos días muy intensos.

19.07.2012 – 15:15
Hace unas horas que he llegado a Godavari. La verdad que antes de llegar me he puesto un poco nerviosa porque me daba un poco de vergüenza. Cuando hemos llegado sólo estaba la madre. Me ha saludado con una sonrisa. Luego, Suren me ha enseñado mi habitación, que está apartada de la casa, tienes que salir de la casa para entrar en mi habitación. La pared es azul verdoso y las ventanas azules. Como buenos lectores ya sabéis de mi fobia insectil, cabe decir que se me están pasando todas las tonterías, y aquí más que en el hotel. 
Suren me ha dado clase de cultura, mientras la dábamos la mujer de la casa nos ha traído un té, es el primer té que me bebo entero, lo hace con leche y estaba bueno. Cuando hemos llegado al punto del matrimonio Suren y yo nos hemos pasado mucho rato hablando sobre él, que luego ha derivado en el tema de las relaciones amorosas y, finalmente, en el amor. Ha sido una conversación super interesante y muy bonita, la verdad. Muy emotiva. Creo que, gracias a esta conversación, he encontrado algo de lo que estoy buscando aquí. Lo he reconocido al instante. Después Hari me ha dado clase de nepalí.
Cuando Hari se ha ido he salido con una vergüenza enorme a intentar integrarme en la familia. He entrado en la cocina, la madre, que se llama Manjari, estaba cocinando. Enseguida me ha sonreído y yo, con mi libreta de nepalí he intentado hablar un poco con ella, no habla inglés. Nos hemos entendido bastante bien sólo que no sé qué leches me ha dicho que no he entendido bien la frase y veo que me trae otro té y digo la leche... ¡Me he equivocado de respuesta! Así que me he bebido otro té con leche. 

La cocina está hecha como de adobe, las repisas para almacenar objetos y el sitio donde cocinan también. Dentro de la casa, como es costumbre aquí, tienes que ir descalza. Después he salido fuera y me he encontrado al abuelo de la familia, Krishna. Que habla solo gran parte del tiempo pero le debo haber hecho gracia porque haciéndome señas me ha dicho que lo siguiera, yo corriendo he ido a ponerme las botas y le he seguido. El pobre me ha llevado donde está el baño y me ha explicado con gestos cómo cerrarlo. También me ha enseñado las dos vacas de la familia mientras no paraba de sonreír. 

He hecho algunas fotos, el cielo es precioso y las montañas de fondo y los campos de arroz son impresionantes. Ya han llegado los hijos, son dos hijas (aunque una no está aquí porque está casada) y un hijo. Me llaman para comer maíz. De momento no he tenido ninguna experiencia con sanguijuelas, aunque me han advertido.

19.07.2012 – 20:57
Me acabo de ridiculizar a mí misma. Me he encontrado echándole desodorante a dos arañas, una de tamaño descomunal (pienso adjuntar una foto) y la otra que parece su hija. Madre mía, cuando la he visto se me ha puesto la piel de gallina. 

En fin. He comido maíz con todos (menos el padre y el abuelo) fuera de la casa, sentados en el suelo. Los hijos, sobretodo el hijo, Gorakh, me hacía de traductor con la madre, que es un sol y está super atenta a todo. Hemos estado hablando un rato y luego Manjari nos ha llamado para el Daal Bhat. Yo que soy medio cateta ya ni me acordaba que antes hay que lavarse las manos y me siento con toda la pachorra y oigo a Gorakh que me insinua si no necesito lavarme las manos. Primera cagada, he pensado. Después de lavarme las manos hemos entrado y la madre pobre preocupada porque como era mi primer Daal Bhat y además la primera vez que comía con las manos no paraba de insistir en que comiera con cuchara. Yo le he dicho que no, que quería aprender, y me ha ido ayudando con la posición de la bandeja, etc. La cosa es que le he pillado el tranquillo enseguida y me lo he ido comiendo muy bien, estaba buenísimo y era bastante picante. He conseguido decirle que estaba muy buen en nepalí y luego que estaba llena. La pobre me miraba todo el rato para ver si estaba bien. Ella se espera y come cuando llega el marido. Después de cenar, también uno se debe lavar las manos otra vez. Gorakh me ha dicho que le diera mi plato a Uma, su hermana, que ella me lo lavaría y yo le he dicho que no, que quería hacerlo yo. He estado charlando sobre la universidad y sobre dioses con Gorakh. Está esperando los resultados de una prueba para acceder a la universidad, quiere ser chef pero dice que sólo sabe cocinar Daal Bhat y té. Ojalá hubiera macarrones para comprar aquí, como sólo sé hacer eso y una tortilla, le enseñaría. Hemos ido a mi habitación y les he enseñado fotos y hemos mirado las películas del disco externo que me preparó Javi, seguramente mañana hagamos una sesión de cine. Uma me ha mostrado su mano, que también la lleva pintada. Me ha explicado que era por la festividad y le he explicado que a mí me pintó la mano Sangita. Como ha visto que no llevo la pulsera verde que se lleva también me ha traído una suya, creo que Gorakh se lo ha dicho o insinuado. La cuestión es que le he dicho que no podía aceptarla, que no, pero mientras se lo decía ya me la estaba poniendo. Le he dado una abrazo, que entre mujeres sí podemos abrazarnos aquí. Luego se ha ido a dormir y yo me he quedado hablando con el chico sobre su abuelo, sobre los horóscopos (me hace unas preguntas que tela, a parte de esto también me ha preguntado por los fantasmas, es la leche). Cuando se ha ido ha sido cuando he visto las arañas. En realidad Gorakh me ha dicho que también pueden haber serpientes, por eso me ha recomendado que cierre la ventana así que al lado de esto, ¿qué es una araña? Mientras escribía el principio de este capítulo del diario godavariense se ha ido la electricidad. Con la linterna y el móvil-linterna he ido recogiéndolo todo y poniéndome el pijama. Ahora ya ha vuelto. Ellos se levantan a las 5-6 pero me han dicho que haga el favor de levantarme más tarde. He quedado a las 10 con Sagar mañana, para visitar los campos. A las 16 tengo clase de nepalí otra vez. Buenas noches mundo, desde los campos de arroz.

20.07.2012 – 9:09
He dormido fatal, no he conseguido dormir más de una hora seguida, excepto de 5 a 7 que debo haber dormido casi las dos horas por completo. Esta noche ha hecho mucho frío y yo sólo tenía manga corta, pensaba que me había llevado al sábana de algodón que me traje de casa pero la metí en la maleta rumbo al orfanato. Así que he hecho un invento y he dormido con los pantalones rojos bombachos a modo de jersey, con las piernas de mangas. Después me he despertado porque tenía 3 picaduras de mosquito en el pie izquierdo, por lo que me he puesto calcetines de inmediato, además de para el frío. A la hora siguiente me ha picado otro insecto, que creo que no era un mosquito, en la muñeca derecha y cuando he abierto los ojos lo tenía muy hinchado y caliente. Qué mal rollo me ha entrado.

A las 5 de la mañana o antes Manjari ya estaba tosiendo, fuma a escondidas, mientras cocina. Cuando me he levantado me ha preguntado cómo he dormido y me ha dado té, que también me lo he bebido entero. Como llevo la pulsera que Uma me ha dado me ha dicho que ya soy muy nepalí, tengo la mano, el brazalete y me ha dicho que también tengo pelo de nepalí. Escribo esto sentada en una especie de alfombra de paja fuera de la casa, mientras espero a Sagar. Los cuervos que tengo delante intentan comerse el cable de la electricidad. Segundo Daal Bhat comido manualmente con éxito.

20.07.2012 – 15:35
Sagar me ha venido a buscar y hemos ido a visitar la estatua de un Buda. Por el camino hemos parado en un chiringuito local para que comiera algo que no había probado bocado desde el primer Daal Bhat. Cuando hemos salido, él se ha pasado un buen rato charlando con la gente, habla hasta con las piedras, me ha dicho que mucha gente le preguntaba si yo era nepalí, que él les decía que no, que era de España y que ellos le comentaban que me tenía los rasgos característicos de una casta de aquí. Le he dicho a Sagar si iba enserio y me ha dicho que sí, si no me he enterado mal dice que me parezco a los de su casta, que son los Kshtriya. 

Después de la estatua hemos ido a visitar un monasterio budista-tibetano. Ha sido muy especial para mí porque ha habido una mujer que me ha sonreído desde buen comienzo. Yo estaba, como no, con el perro del monasterio que se ha dormido mientras lo acariciaba y Sagar estaba tumbado en una alfombra. Cuando he ido con él, la mujer se ha acercado y ha empezado a preguntarle a Sagar cosas sobre mí. Nos hemos hecho una foto juntas. Estábamos a punto de marcharnos cuando ha hecho que me esperara, se ha sacado dos brazaletes y me los ha puesto a mí, yo me he quedado muy parada. Le he dado un abrazo muy fuerte, me ha dicho que era mi aammaa (madre) nepalí. Me he emocionado muchísimo.
Hemos vuelto a casa, después de 4 horas y algo caminando. Como hemos pasado por los campos de arroz, caminando por los límites, y ayer llovió mucho y esta noche creo que también, cuando caminaba me llegaba el barro hasta los tobillos, me he puesto los pantalones perdidos. Al llegar a casa, Manjari me ha facilitado un cuenco y he lavado las botas y los pantalones. Cuando he acabado, Krishna, el abuelo, me ha quitado una de sus camisas para que pudiera tender mis pantalones. 

 No nos podemos comunicar muy bien pero es muy majo. Luego, la madre me ha dado un plato de arroz seco con sal y un té, me ha preguntado quién me había regalado los dos brazaletes y con la ayuda de Uma se lo he contado, me ha contestado que la gente aquí me regala cosas porque soy muy guapa. Me he puesto como un tomate. Faltan menos de 15 minutos para que llegue Hari pero, con lo puntual que es, lo mismo y oigo que en un segundo está aquí.

20.07.2012 – 20:19
Acabo de comer mi penúltimo Daal Bhat con la familia. El último será el de la mañana, a las 10 cojo el autobús local (nueva experiencia) y me voy con Sagar al orfanato de Suni. Me ha dado pena que fuera mi última clase de nepalí con Hari, me ha dado su correo y me ha dicho que me agregará en Facebook. Después me he puesto fuera con Gorakh, Uma y su primo. El primo tiene una novieta chinita y está loco por ella, dice que es el único amor de su vida. 

Cuando hemos estado solas Uma y yo hemos estado hablando sobre el matrimonio. La verdad es que la conversación me ha dejado muy parada porque ella ha sido muy sincera y me ha dicho que ella no cree en el matrimonio con amor, sólo cree en el matrimonio pactado. Me he quedado fría. Quizá es una 'herramienta' psicológica que usan para estar bien con la persona que su familia elija pero es difícil para mí entender estas cosas. Sobretodo, que una muchacha de 21 años me diga que no cree en algo tan universal. Se ha quedado muy sorprendida cuando me ha preguntado a mí y yo le he dicho que no sé si quiero casarme y que tampoco sé ahora mismo si quiero tener hijos. Casi le da un mareo. Al poco, cuando se ha sumado Manjari a la alfombra exterior, he sacado la libreta que es donde llevo las fotos y les he ido enseñando fotos, tanto de padres como de amigos, y explicándoles quien era cada persona. La verdad que ha sido un momento muy bonito además de porque sonreían con cada foto, cuando han llegado a la foto de Javi la madre se ha puesto como con los ojos muy abiertos y ha empezado a hablar muy rápido en nepalí. Estaba super emocionada diciéndome que lo conocía, que no se acordaba de dónde lo había visto pero que lo había visto y que sabía quien era en persona. Más mona Manjari, estaba super contenta. Uma luego me ha dicho que si les voy a olvidar, le he dicho que imposible, y me ha dicho que si vuelvo a Nepal que vaya a verlos. 

Es obvio que volveré a verlos, han sido una gran familia para mi estos días, me da mucha pena irme mañana. Aunque las condiciones a priori me pueden haber chocado no me ha costado nada adaptarme a ellas. Como ya os he dicho hay muchos insectos y alguna serpiente, el baño es un agujero lleno de arañas al lado del establo, la ducha es exterior y pública, vamos, hablando en plata, es el grifo con el que se lava fuera, te tienes que poner un lungi para poder lavarte, como yo no lo tengo, no me he lavado (aunque la cabeza sí me la he lavado como he podido porque con la caminata, tela). Aunque tenga los pies un poco afectados por andar descalza por aquí y el cuerpo lleno de picaduras. Aún y todo, es una experiencia maravillosa que recomiendo a todo el mundo. Es una lección de vida. De gente currante, gente feliz, gente que sabe sus limitaciones y es capaz de vivir con ellas, de vivir bien. Sin pensar más allá, a lo grande. Tienen lo que tienen y eso les hace felices, no necesitan más. Y pasan el tiempo de la mejor manera que tienen y saben: compartiendo.

21.07.2012 - 14:03
La despedida ha sido rápida, pero muy emotiva. Todos me han repetido lo mismo: que esperan verme pronto. Y yo me he alejado con siete kg de mochila por los campos de arroz, mientras en mi cabeza no paraba de sonar una de las canciones que más ponía Uma, Aaja Nachle, y mientras me parece oler aún la carne al curry que Manjari preparaba para el Daal Bhat...

(Hoy ya he llegado al orfanato pero aún tengo demasiadas cosas por procesar así que mañana os cuento mejor mi llegada y mi primer día en  este genial orfanato con unos niños maravillosos).

miércoles, 18 de julio de 2012

Namaste! Hoy mi día ha empezado un poco más tarde porque ayer me compré galletas y he desayunado en la habitación. Como no, cuando he bajado ya tenía aquí a Hari con el periódico, todo aplicado. A mitad de la lección de repente me ha sorprendido con un: ¿quieres un té? A mi, a priori, no me gusta el té, pero soy consciente de que tengo que acostumbrarme, más pasándome 5 semanas aquí, así que le he dicho que no me gustaba pero que me tomaría el que él se tomaba, que tenía que empezar a adaptarme. Me ha traído un té con limón y la verdad es que estaba bastante bueno, me he bebido dos terceras partes, todo un triunfo para mí.

Después de la lección, he ido a comer al Momo Star y he aprendido mi primera lección en Nepal: no puedo comer más de un plato. Me he pedido momos vegetales y noodles y he dejado casi todos los noodles, cosa que aquí me da una vergüenza enorme. Además, los noodles estaban ardiendo y he empezado a sudar un montón, como no. Pues nada, lo dicho, lección aprendida. Me he pasado por el super a comprar crema post-picaduras porque los mosquitos y otros animales aladados, o no, me están acribillando. 

He llegado a la habitación con un poco de margen antes de la cita con Sagar pero él, como Hari, ha venido antes. Lo divertido del tema es que, en vez de esperarme abajo, en el salón, como hace todo el mundo, él va y me pica a la puerta de la habitación. Obviamente, yo no me imaginaba que era él ergo he tardado en abrir porque no sabía ni si estaban picando en mi puerta. Cuando le abro (con poca abertuda), entra todo pancho y se sienta en la cama. En ese momento he pensado madre mía, aquí no hay intimidad, más cuando he visto que al lado de Sagar estaba una parte de mi ropa interior. Y él tan pancho y tan normal. Yo peinándome y poniéndome las botas mientras él iba toqueteando mi móvil. La mar de gracioso. La verdad es que al principio me he sentido un poco invadida pero creo que aquí estas cosas van así, me acostumbraré.

La tarde con Sagar ha ido super bien. Hemos ido a Durbar Square, me lo he pasado en grande, aunque hemos llegado tarde y no hemos podido ver a la Kumari. Sagar es un gran cuenta historias y me cuenta todas las historias relacionadas con la religión, a mí me encantan. También contesta a mis preguntas rebuscadas como por qué aparecen imágenes eróticas en los templos. Me he reído un montón con él, es la leche. De repente está hablando conmigo y se quita los zapatos y empieza a juguetear con sus pies que, como lleva chanclas y pasa por el barro, imaginaos cómo están y luego me toca por detrás para darme susto. Se me están quitando las manías de golpe. Además creo que puedo decir con toda seguridad que si viviese aquí sería un friki de la tecnología. No sabéis cómo le gusta. Me pide la cámara siempre que puede con la excusa de que yo tengo que leer un folleto, dice que es para aligerarme peso pero creo que le encanta fotografiar. Yo le digo que es un pro con la cámara y se hace el modesto.

Luego me ha ayudado a conseguir el teléfono móvil de aquí, estaba divertidísimo haciendo trueques con el hombre de los móviles y de mientras me iba recitando a mi la cantidad de cosas que tenían los teléfonos que me ofrecían. Resulta que el que me he cogido, que no tiene ni color, sí tiene linterna incorporada. Sagar y Suren me decían, ¡hay que ver lo bien que te va a ir! Yo no había visto nunca que un móvil que no tuviese siquiera politonos sí tuviese linterna. Misterios nepalíes. Cuando hemos llegado al hotel, a Sagar le ha faltado tiempo para sacarme el móvil de las manos y empezar a configurármelo, a añadirme contactos en el móvil, etcétera. Luego me ve toquiñeándolo a mí y me viene todo indignado como diciéndome que él me lo había dejado perfecto. Me he reído a carcajadas.

Hoy, de lo cansada que estoy, no he salido ni a cenar fuera. Los del Momo Star me echarán de menos, pobres, hoy me han preguntado que dónde me había dejado las gafas, anda que no tienen memoria. En fin, mi zumo de naraja, mi sandwich de queso y yo nos despedimos por hoy. Mañana parto rumbo a Godavari, ya os contaré a la vuelta.