“Al final he logrado creer en algo que yo llamo la física de la
búsqueda. Una fuerza de la naturaleza que se rige por leyes tan reales
como la ley de la gravedad. La regla de la física de la búsqueda viene a
decir algo así: si tienes el valor de dejar atrás todo lo que te
protege y te consuela, lo cual puede ser desde tu casa hasta viejos
rencores, y embarcarte en un viaje en busca de la verdad, ya sea
interior o exterior, y si estás dispuesto a que todo lo que te pase en
ese viaje te ilumine y a que todo al que encuentres en el camino te
enseñe algo; y si estás preparado, sobretodo, a afrontar y a perdonar
algunas de las realidades muy duras de ti mismo, entonces la verdad no
te será negada”. Y es que, a veces, sólo necesitamos veinte segundos de coraje irracional para acabar encontrándonos con algo magnífico...
jueves, 30 de agosto de 2012
domingo, 19 de agosto de 2012
Escribo desde el locutorio donde estoy imprimiendo el billete de avión que me llevara de vuelta a Barcelona. Llevo bastantes días ausente del blog porque la verdad es que en este tipo de experiencias creo que llega un momento en el que se te acumulan las cosas por procesar y, al menos es lo que me ha pasado a mí, te vuelves incapaz de verbalizar lo que vives o lo que sientes.
Hoy visitaré el orfanato de Indu, el orfanato que puse como preferencia pero que al final por un suceso accidental no pude ir. La verdad es que tengo ganas de visitarlo y tengo la incertidumbre de saber qué me voy a encontrar alli. Me sabe un poco mal no haber podido estar allí durante un tiempo como estaba programado pero también pienso que quizá no tenía que ser. Otra vez será.
Auguro que hoy será un día muy duro para mí, las despedidas no me gustan nada. Algunos de ellos llevan desde ayer un poco tristes ya. Esta manana me he levantado a las 6 porque ya no podía dormir más y he finalizado de escribir todas las postales de obras de arte que traje para ellos. Me daba un poco de vergüenza dárselas, de hecho, mi plan era entregárselas cuando me fuera pero he aprendido en este viaje que tengo que abrirme un poco más al mundo y dejar de ser tan individualista con mis sentimientos. Así que, con un par, se las he dado uno a uno, cara a cara, en mi habitacion (llamémosle mi habitación, como han sido casi todas las de la casa).
No soy consciente de que me voy y tampoco soy consciente de todo lo que me han enseñado, de todo lo que me han dado y de lo mucho que he cambiado. No sé cómo sera la vuelta a Barcelona y a la vida de antes (digo antes por llamarlo de algun modo). Me da un poco de miedo cómo va a ser todo porque me da la sensación de que las cosas van a ser diferentes y la gente tendrá que readaptarse un poco, igual que yo. Aun asi, confío que con paciencia todo se irá colocando poco a poco en su sitio. Creo a pies juntillas que esta experiencia ha acelerado todo el proceso que ya había empezado hace tiempo, he dado un brinco muy grande. Ahora sólo queda encontrar la manera de complementarlo todo, de conectar las cosas.
Creo que siempre estaré en deuda con todo esto. Hace un tiempo encontré unas citas que reflejan lo que he sentido aquí, o lo que he aprendido. Me gustaría mostrároslas porque una de mis metas ahora es intentar transmitir todo lo que he aprendido a la gente. Creo que es muy pero que muy necesario. En primer lugar, y refiriéndome al vértigo que produce emprender una aventura así, no hay mejor frase que la que pronunciaba Demetrio: no hay hombre más desdichado que el que nunca probó la adversidad. Y me he dado cuenta de eso aquí también. En realidad, detrás de cada pequeño obstáculo hay una oportunidad para seguir creciendo.
Por otro lado, la gente nepalí (generalizando) tiene muy claras sus limitaciones, cosa que les permite no ambicionar en una demasía que no pueden alcanzar y caer en trampas como la de la sociedad occidental que siempre tienta a su habitante a querer más, a poseer más. En referencia a esto, Ebner decía que estar contentos con poco es difícil, pero, con mucho, es imposible. Y no hay nada más cierto que eso. Parece que cuantas más cosas tenemos más infelices nos sentimos, nada nos llena por completo, ni los pequeños buenos momentos. Estamos dentro de la trampa. Y, en relación con esta reflexión no hay mejor frase que la de Longfellow: la mayoría de las gentes triunfaría en las cosas pequeñas si no estuviera hostigada por grandes ambiciones.
En fin, después de tanta reflexión os dejo. Quizá pueda escribir desde Qatar o antes de irme de aquí. Por si acaso, ahí lo dejo. No diré adiós porque creo que no es un adiós para siempre. Estoy segura que esto no ha hecho más que empezar y que el proyecto comienza ahora. No me queda mucho más por decir. Me siento super afortunada y agradecida por esta experiencia. Gracias a mi familia, a mis amigos, a toda la gente que se ha preocupado. A los compañeros de viaje con los que he tenido tan buenos momentos. Y os dejo con la misma frasede Einstein que puso alguien muy especial para mí: la mente que se abre a una idea nueva, jamás volverá a su tamaño original. Nepal ha sacado el polvo de mis alas...
jueves, 9 de agosto de 2012
Vuelvo a las
andadas y me dispongo a explicaros todo lo sucedido estos días.
Después del festival en Bhaktapur y de visitar la ciudad, ya más
tranquila, a la mañana siguiente durante dos horas, cogí la mochila
y Sagar y yo empezamos el camino a Namobuddha. Cogimos un bus
dirección Dhulikhel y a partir de allí hicimos el camino a pie.
Hubo momentos en los que pensé que no llegaba al monasterio ya que
son muchas horas de camino y este no es precisamente fácil. La
verdad es que la caminata de ida y la de vuelta valieron la pena.
Namobuddha pasa directamente a estar en los primeros puestos de mi
lista de sitios favoritos.
Deacuerdo con la
religión budista, se explica que hace seis mil años había un
príncipe que se llamaba Ngingdui Tshenpo. Este es el lugar donde el
príncipe donó su cuerpo a una tigresa hambrienta y a sus cinco
crías. Después de donar el cuerpo, renació en Lumbini y fue
llamado Gautam Buddha. Fue a este mismo lugar con sus aprendices.
Syarit, Maao Gyalgi Buku y Gautam Buddha rodearon la stupa tres veces
y rezaron tres veces, después de sus oraciones el sitio fue llamado
Sangke Fyafulsa. Finalmente, se le otorgó el nombre de Namo Buddha
por parte de toda la gente que visitaba el sitio.
Lo cierto es que es
un lugar donde sientes realmente la paz y la tranquilidad, tiene un
aura muy especial, realmente los monjes te contagian todo lo que son
y rápidamente te sientes envuelta en ello. Tuve pocas ocasiones de
tener intimidad en esta visita, hubiera necesitado muchísimas más y
hubiera necesitado otro tipo de compañía si no ninguna. Al menos
para sentir la estancia bien e ir procesándola poco a poco. No fue
así pero igualmente guardo un buen recuerdo del sitio y de las
ínfimas conversaciones que pude tener con algunos monjes o gente que
estaba de retiro espiritual. Entre muchos momentos de paz interior
recuerdo estar en la sala de oración con todos los monjes recitando
los mantras, recuerdo esa sensación de estar conectada con ellos y
tener una tranquilidad total.
A la vuelta
bajábamos por otro lado y cogíamos un autobús en Panauti, que yo
tenía que irme al orfanato de Indu, al segundo que tenía programado
visitar. Después del largo trayecto de vuelta, nos subimos al bus y
para mi sorpresa el bus se para en medio de la carretera, veo que
todos los otros automóviles tanto públicos como privados también
se paran y me encuentro de frente con que han empezado una huelga
improvisada (la huelga oficial era al día siguiente). Yo, mi
cansancio, y todos los demás ocupantes de los distintos medios de
transporte estuvimos esperando ad aeternum en la cuneta de la
carretera. Finalmente conseguimos subirnos a otro bus y hicimos
camino a Banesor, donde el taxi de VEEP Nepal me llevaría al otro
orfanato.
Al
subirme al taxi llaman a Sagar, era Suren. Resultaba que a Indu se le
había muerto el padre (o el padre de su marido, no lo acabé de
entender) ese mismo día y estaba en Pashupatinath. Según la cultura
de aquí, a la muerte de un familiar directo tienes que estar trece
días continuando el duelo ergo yo, que ya estaba de camino al
orfanato, no me pude quedar. De hecho, ni me pude quedar en el
orfanato que había puesto con prioridad ni podré quedarme en el
futuro ya que los trece días se acaban justo el día que me voy de
aquí. Lo que ya acabó de ser sorprendente fue cuando Sagar me
espetó, bueno, ahora tienes que volverte al primer orfanato. Sí,
lectores, son esas las casualidades del destino que te dejan tibio y
te hacen pensar mucho. Realmente, yo me quedé muy fría porque se me
había roto todo lo que estaba programado en un santiamén y tenía
que tomar algunas decisiones. Pero bueno, como decía Shakespeare:
nada es bueno ni malo, solamente lo que pensamos confiere esa
calidad.
Creí que, después
de todo, no había más señales para mostrarme que tenía que
quedarme en el primer orfanato que había estado y no pasar una o dos
noches aquí e irme a otro, además de que creo que esto no es un
hotel para alojar huéspedes que no tienen donde ir repentinamente.
En fin, que a la mañana siguiente hablé con Suman y me dijo que no
había ningún problema. Cuando llegó Suren hablé con él y le
expliqué (o intenté hacerlo) cómo veía las cosas y que sentía
que tenía que quedarme, también para asegurar mi estabilidad
emocional.
(Anita, que a las seis de la mañana de ayer pasó a ser mi canelón favorito y que, sin darse cuenta, me regaló uno de los momentos más bonitos y especiales que he tenido)
Así que, queridos
lectores, aquí estoy y así son las cosas. Me encuentro en el lugar
donde empecé, un lugar en el que me siento muy bien y con unos niños
magníficos. Son días de reflexión y meditación, para asentar todo
lo vivido en Namobuddha, que en realidad fueron más cosas de las que
parecen, para asentar todos los cambios repentinos y supongo que, en
realidad, para ir asentando poquito a poco todas las modificaciones
personales que este viaje suscita. Me quedan diez días para irme y
parece que fuera ayer que cogía el avión en el Aeroport del Prat,
llegaba a Doha, cogía otro y acababa en el Katmandú Garden, viendo
como los niños de la escuela de al lado jugaban en el recreo. Tempus
fugit, que decía el poeta. Y, otra vez os lo digo -orgullosa, y con
una sonrisa de oreja a oreja-, un beso enorme a todos desde al lado
de la fábrica de Pepsicola.
martes, 7 de agosto de 2012
Aún tengo que
asentar muchas de las cosas que he vivido y que han pasado estos
últimos días. Ya os hablaré a posteriori de eso. Ahora me gustaría
dejaros con un fragmento que he leído esta mañana y que me ha
parecido muy significativo. Espero que os resulte igual de especial a vosotros, a mí me hace reflexionar mucho.
“Lo que más me
sorprende del hombre occidental es que pierde la salud para ganar
dinero, después pierde el dinero para recuperar la salud. Y por
pensar ansiosamente en el futuro no disfruta el presente, por lo que
no vive ni el presente ni el futuro. Y vive como si no tuviese que
morir nunca, y muere como si nunca hubiera vivido.”
(Dalai Lama)
viernes, 3 de agosto de 2012
Hoy me he venido para Bhaktapur donde pasaré la noche para disfrutar de uno de los festivales más populares de Nepal. El
"Carnaval de las vacas" es una fiesta de origen antiguo que
se celebra en todo el Valle de Kathmandú un día después de la luna
llena de agosto-septiembre. Literalmente Gai
jatra
significa "Fiesta (Jatra)
de las vacas (Gai)."
La leyenda explica que una reina estaba desconsolada después de la muerte de su hijo más querido. El rey ordenó que toda aquella familia que hubiese perdido algún miembro durante el último año sacase las vacas a la calle para demostrar a la reina que no estaba sola en su sufrimiento. Cuando esto dejó de consolar a la reina, el rey ofreció una recompensa a quien consiguiese hacerla reír. Por las calles aparecieron disfraces fantásticos y se hicieron sátiras hasta que la reina sonrió. El rey instituyó desde entonces este festival anual, en el que las familias afligidas sacan todavía hoy a sus vacas y a sus niños disfrazados por las calles de Kathmandú, Patan y Bhaktapur.
La leyenda explica que una reina estaba desconsolada después de la muerte de su hijo más querido. El rey ordenó que toda aquella familia que hubiese perdido algún miembro durante el último año sacase las vacas a la calle para demostrar a la reina que no estaba sola en su sufrimiento. Cuando esto dejó de consolar a la reina, el rey ofreció una recompensa a quien consiguiese hacerla reír. Por las calles aparecieron disfraces fantásticos y se hicieron sátiras hasta que la reina sonrió. El rey instituyó desde entonces este festival anual, en el que las familias afligidas sacan todavía hoy a sus vacas y a sus niños disfrazados por las calles de Kathmandú, Patan y Bhaktapur.
La
celebración comienza de buena mañana en cada casa, donde se hacen
plegarias y ofrendas de frutos y dulces para las almas de los
difuntos. Después, todas las famílias que durante el año han
perdido un miembro, desfilan en procesión acompañadas por
sacerdotes, músicos y bailarines y por una vaca o elemento que la
represente: figura, dibujo, estructura de bambú o niños disfrazados
según las diversas variantes de la fiesta en diferentes poblaciones.
En la cultura hindú, la vaca es un animal sagrado por que es el guía
que ayuda a las almas de los difuntos a cruzar el río sagrado
Vaitarani en el camino de partida.
Las
procesiones y desfiles varían en función del status económico y el
origen de la familia, pero todas se van sumando por el camino y al
final siguen conjuntamente un recorrido prefijado que pasa por los
principales lugares de culto de la ciudad donde se celebra. Se cree
que esta era la manera como antiguamente los reyes contaban cuanta
gente había muerto en la ciudad durante el año.
En
Bhaktapur tiene lugar una variante de la fiesta muy especial y llena
de color que convierte a la ciudad en una espectacular procesión que
dura todo un día. Gentes de todo el Valle se trasladan ese día a
Bhaktapur para participar de la celebración y contemplar el desfile.
En esta ciudad la fiesta tiene los mismos elementos, pero la
caracterización de la vaca es particular.
Por la mañana, cada familia construye unas figuras con caña de bambú ricamente adornadas con telas de colores y coronades por el dibujo de una cabeza de vaca y cuernos hechos con lianas. Esta figura gigantesca representa al difunto (al que se recuerda con una fotografía) y se pasea en pasacalle durante todo el día, transportada a hombros de cuatro hombres y sujetada por dos largas piezas de tela. Algunas familias se construyen figuras menores o carruajes con una estatuilla de vaca que pasean mientras queman incienso. Otras simplemente disfrazan de vaca a los más pequeños.
Por la mañana, cada familia construye unas figuras con caña de bambú ricamente adornadas con telas de colores y coronades por el dibujo de una cabeza de vaca y cuernos hechos con lianas. Esta figura gigantesca representa al difunto (al que se recuerda con una fotografía) y se pasea en pasacalle durante todo el día, transportada a hombros de cuatro hombres y sujetada por dos largas piezas de tela. Algunas familias se construyen figuras menores o carruajes con una estatuilla de vaca que pasean mientras queman incienso. Otras simplemente disfrazan de vaca a los más pequeños.
Después de terminar la procesión, al atardecer, casi todo el mundo
participa en otra tradición milenaria, en donde los participantes se
disfrazan y llevan máscaras. La ocasión se llena de canciones y
chistes. La burla y el humor de todo tipo pueden sentirse durante todo
el día. Así pues se dice que Gaijatra es el festival de la salud, ya
que permite a la gente aceptar la realidad de la muerte y prepararse
para la vida después de la muerte. Según el hinduismo, “todo lo que el
hombre hace en su vida es un preparación para conseguir una buena vida
después de la muerte”.
El texto sobre el festival es un collage de varias webs porque yo no lo habría podido explicar mejor. La verdad es que me ha resultado super impresionante. Choca mucho con la manera de ver los muertos que tenemos nosotros en occidente. Algo que también me sorprende un montón es el tipo de espiritualidad de esta gente, aunque, de hecho, el mismo Aldous
Huxley viajó a Nepal el año 1925 atraído por una forma totalmente
distinta de entender la espiritualidad. En fin, se acabó por hoy, voy a intentar dormir con los tambores y los bailes que aún se oyen desde la plaza. Mañana mi destino es Namobuddha, donde también pasaré la noche. ¡Nos vemos a la vuelta!
miércoles, 1 de agosto de 2012
Hoy me he levantado
a las 6 con una sensación de estar bastante como nueva. Tenía ganas
que llegara el día de hoy porque es uno de mis sueños subirme a
lomos de un elefante. He ido al restaurante, a desayunar, y me han
preparado un super desayuno para campeones: zumo de mango, una
tortilla, patatas con salsa picante (como no) y cuatro tostadas con
mantequilla y mermelada. Después de
desayunar hemos cogido el Jeep y nos hemos acercado a la zona de los
elefantes. Ha sido toda una experiencia subirme a un elefante, me ha
gustado un montón. Nuestro elefante hasta se ha echado unas carreras
por la jungla. Hemos visto varios animales: rinocerontes, ciervos, cocodrilos, monos, pájaros... El elefante también se ha
metido en el agua para cruzar al otro lado del río, ha sido tan
divertido verlo jugando con el agua, bebiéndosela o comiendo hierba.
Ha sido muy gracioso. Casi ahuyento a un animal porque estábamos
parados mirándolo, todos en silencio, y de repente noto algo subiéndome por a pierna y era un
escarabajo verde que tenía como pelitos, ¡casi la lío parda! A parte de eso y de la
cantidad de ramas que se comía mi cuerpo/cara, ha sido una
experiencia fantástica.
Cuando he vuelto de
los elefantes me he quedado dormida un buen rato. Aquí no había
electricidad así que me he tumbado en la cama y me he quedado frita
frita. El camarero me ha picado a la puert a diciéndome que tenía
que comer algo, creo que este hombre me aprecia mucho porque siempre
está muy pendiente de que coma más, de ponerme el ventilador para
que no tenga calor... Como estaba medio dormida cuando he ido a comer
he tenido unos pequeños percances con la toma de decisiones de qué
comer y la verdad es que he comido bastante mal. Sagar me ha llamado
(ayer también me llamó) para ver cómo estaba, si había dormido
bien, si había disfrutado de ir en elefante (sabe que era mi sueño)
y me ha dicho que me cuide mucho que nos vemos el viernes.
A
las cuatro menos algo me he subido al remolque del Jeep y, con cuatro
chinas y un chino sin parar de revolotear, nos hemos ido a la
siguiente aventura. Hemos dejado a los chinos en la zona de los
elefantes y nos hemos dirigido a las canoas. La canoa ha sido una
experiencia impresionante. Había una tranquilidad y una paz en el
ambiente inexplicable. Sólo hemos visto un cocodrilo y no ha habido
ningún problema. Ha sido un paseo super agradable y reflexivo.
Después
hemos bajado de la canoa mi guía y yo y hemos empezado la ruta por
la jungla, la jungla auténtica, de verdad. Sin caminos, con los
arbustos rozándome la cara. Antes de empezar la ruta me ha hecho una
advertencia. Me ha dicho que era zona de rinocerontes, que son muy
peligrosos, ergo que, si aparecía un rinoceronte tenía que subirme
al primer árbol que viera. Yo, con la cara de sorprendida le he
dicho que si era una broma y me ha dicho que no. Le he comentado,
aunque creo que podía imaginárselo, que yo nunca me he subido a un
árbol así que no creo que sea una buena idea que pruebe mi primera
vez perseguida por un rinoceronte. Me ha dicho que en tal caso,
tendríamos que salir corriendo en zig-zag y dejar una prenda en el
suelo como por ejemplo la camiseta. Me ha pedido que estuviera atenta
a todo y hemos empezado. Como os podéis imaginar me he cagado viva e
iba todo el rato mirando a lado y lado viendo cómo eran los árboles
y cuál sería el más fácil para que una inexperta como yo trepara.
Ya al final no sabía si sudaba de la ansiedad o de la humedad y los
38º de aquí. No hemos tenido ningún encuentro con un rinoceronte
pero sí bastantes ciervos y otros insectos.
Al
acabar la ruta por la jungla nos hemos acercado a un centro en el que
nacen los elefantes. Han sido unos momentos muy bonitos. Ya sabéis
que tengo especial predilección por los elefantes así que se me
caía la baba viendo a los peques jugar en el barro, luchar unos con
otros, tumbarse tan panchos,... El guía me ha tenido que decir al
final si nos íbamos o no de lo empanada que estaba. Le he dicho que
me quería llevar uno y hasta se lo ha dicho al criador y todo.
Poco más por hoy, mañana a las 8 de la mañana cojo el autobús para volver a Katmandú donde pasaré la noche. Tendré entre seis y siete horas de largo viaje. Notaré un montón la diferencia de la temperatura. Hoy en encima del elefante me he emocionado mucho porque, desde ahí arriba, me he acordado un montón de una cita de Newton que desde que la leí me pareció brillante: Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes. Y es, totalmente, como me siento yo aquí, en Nepal.
martes, 31 de julio de 2012
Os escribo desde el
Jungle World Resort en Sauraha, Chitwan. Hoy ha empezado lo que llamo
la semana de transición o semana de ruta. Me he montado una semana
de visita por tres sitios nepalíes antes de ir al otro orfanato. La
primera parada es el Parque Nacional Royal Chitwan que se encuentra
al sur del país y hace frontera con la India. Aquí se tiene la
posibilidad de contemplar algunos de los últimos rinocerontes de un
sólo cuerno del planeta, subir a lomos de un elefante o ver el
tigre de Bengala.
A las 6 de la
mañana ya estaba caminando hacia la parada de autobús que me
llevaría aquí, a las 7 hemos partido y ahora, a las 2 del mediodía
aproximadamente he llegado al hotel y me han recibido con un zumo de
mango. Me he quedado flipando con la habitación. Parece una pequeña
casita en medio de algo tropical. Es todo como muy exótico. Aquí
hace mucha más calor que en Katmandú, es terrible. El viaje ha ido
bien aunque un poco cansado, hemos hecho dos paradas. En una me he
comprado unas galletas porque no había desayunado y en la otra un té
negro y dos tostadas. Han habido dos cosas curiosas durante el viaje.
La primera es que el autobús se ha parado delante de una escuela que
se llamaba Nea School y Nea es mi apodo de toda la vida. La segunda
es que, en otra de sus frenadas, he empezado a oír mucho ruido. Me
asomo a la ventana porque la tenía abierta y tenía el brazo afuera
y me doy cuenta de que tengo un muerto debajo. Un muerto que imagino
que lo llevaban a la pira crematoria, vestido con sus mejores galas y
un montón de gente llevándolo y cantando algo que parecía un poco
ritual. Me ha dado un efecto cuando he visto que un poco más y lo
toco que no os imagináis.
Después de llegar
a la habitación me he dado una ducha de agua fría que me ha sentado
super bien y me he ido al restaurante a comer chowmein con pollo
mientras aprovechaba para escribir un poco. Ha venido mi guía y me
ha presentado el planning para los días que estoy aquí. A la hora
nos hemos ido y me ha enseñado dónde y cómo viven los Tharu, que
son una casta de aquí. Son super amables y he podido ver el interior
de una casa, cómo estaba construida, todo. También he podido jugar
con los patos bebés que tenían en el patio. Hace un calor aquí que
yo no paraba de sudar. Andando el guía me ha comentado la variedad
de especies que hay aquí. Imaginaos mi cara cuando me dice que hay
pitones entre otras serpientes, que hay dos tipos de cocodrilos y no
sé cuantas cosas más. Hemos caminado por la jungla porque le habían
dicho que había un rinoceronte en el agua y lo hemos ido a ver.
Tonta de mí me había dejado la tarjeta de memoria así que las
pocas fotos que he podido hacer han sido con el móvil. Ha sido
impresionante ver al rinoceronte. También habían, al otro lado del
río, elefantes.
Hemos continuado
caminando y de repente me señala algo y me dice qué es eso? Y le
digo, pues barro con plantas, qué va a ser. Se ríe y continuamos
caminando, me dice mira ahora, qué es eso? Cuando he visto que el
barro y plantas se movía me ha entrado una cosa en la barriga,
porque no era lo que yo decía que era... ¡era un cocodrilo! Después
de verme la cara, encima, el guía me dice que mañana nos toca canoa
y que iremos por la zona de los cocodrilos, pero no de los que sólo
comen peces no, ¡de los otros! Mañana tendré que vestirme con
colores oscuros para no llamar la atención en la jungla que tenemos
que caminar por allí antes de subirme a los elefantes. Qué fuerte
me parece todo, yo haciendo esto, quién me lo iba a decir.
Cuando hemos vuelto
he comido momos vegetales y como me decían que comiera más que era
muy poco he probado el masala papad, que es pan indio con un relleno
de vegetales por encima, me ha encantado. El problema es que con los
dos platos reventaba. He ido a la habitación a coger la tarjeta de
la cámara y nos hemos ido a ver una muestra de las danzas populares
de los Tharu. Eran danzas que bailaban en el templo, danzas que eran
ofrendas,... Ha sido una experiencia chulísima, más porque cuando
ves cosas así caes en la cuenta que la misma pasión por la danza
que ves en un ballet de Angel Corella también lo encuentras aquí,
en una casta que vive en casas de bambú y adobe.
Poco más por hoy.
Me despido que mañana toca sesión de elefantes, pájaros, canoa y
jungla. Un beso muy grande desde el pueblo de los Tharu.
lunes, 30 de julio de 2012
Estoy en la cama
del Katmandú Garden House intentando escribir algo para que
comprendáis cómo ha sido este día tan emotivo para mí. Esta
mañana ha venido al orfanato una familia de Barcelona, hemos
conectado desde buen principio, ha sido poco tiempo el que hemos
estado juntos pero con unas conversaciones y un todo geniales.
Kasturi y Pramila han venido a mi habitación con cartas para mí y
para Javi. Cartas preciosas de las que tengo frases marcadas en la
mente que creo que no se borrarán nunca. Después de intentar pasar
el día más o menos distraído en el Thamel ha tocado volver y
proceder al momento más difícil: la despedida. Me ha dado un vuelco
el corazón cuando he llegado del Thamel y he entrado en la sala de
estudio. Kasturi me ha mirado con una cara muy triste y Mahesh me ha
preguntado directamente: Andrea, fine? (también me lo preguntó
ayer) A lo que yo le he contestado que sí, y que si él también
estaba bien. Ha hecho un no rotundo con la cabeza. Me he tomado un té
y Gita en la cocina me iba diciendo que me quedara a comer el arroz,
que me quedará a no sé qué pero yo no quería alargar tampoco más
el momento. Gita me ha empezado a decir que había pasado muchos
momentos felices conmigo. Como habla este inglés-apache iba
diciendo: Andrea very very very (multiplicado por veinte) nice. Y le
iba diciendo cosas buenas de mí a la familia de Barcelona.
Me he acercado a la
sala de estudio y creo que nunca podré olvidar la cara de Kasturi.
Se ha levantado y ha venido hacia mí y yo ya estaba llorando a moco
tendido. Me ha dado un abrazo enorme y se ha separado un poco porque
estaba llorando también pero me ha vuelto a abrazar. Pramila también
me ha dado un achuchón muy grande y Sangham me ha chocado la mano.
Me he despedido con un adiós y un intento de sonrisa con los demás.
Me he girado y he visto detrás, un poco apartados, a Mahesh y a
Bijay con una cara... que la verdad es que mi reacción automática
ha sido ir y abrazarlos por separado. Después he ido a Gita y le he
dado un buen achuchón, ella me decía no vas a volver? Y yo le he
dicho que obviamente intentaría volver antes de irme a Barcelona y
que no podía evitar llorar. La pobre también estaba bastante
triste. Ya no aguantaba más allí así que he echado a andar y de
repente me ha venido a la cabeza que no me había despedido de Suman.
Me giro y lo tenía detrás. Automáticamente he chillado: ¡Suman! Y
él me ha dicho: ¡pensaba que te olvidabas de mí! Me ha dado un
abrazo que no podré olvidar. Es un gran hombre.
Pramila me ha
cogido de la mano y Bijay se ha puesto al otro lado. Han dicho que
venían al bus conmigo. Me he girado y he visto detrás mío a Mahesh
y a Hari con unas caritas que no olvidaré. Suren iba gritándome que
nos veíamos al día siguiente y que me daba un gran gran abrazo.
Hemos ido hacia el bus y los he vuelto a abrazar. Me he subido al bus
llorando y ha arrancado. Físicamente me he ido pero una parte de mí
se ha quedado allí, en varios sitios. En la cocina, riendo con Gita
y comunicándonos con gestos. En la habitación de los niños,
mirando una película a escondidas de Suman más tarde de lo
permitido. En el patio, haciéndole cosquillas a Kasturi y bailando
el tango con ella. O persiguiendo a Bijay o a Hari porque no paran de
chinchar. En el bidón de agua, donde Bijay y yo nos tirábamos agua
mientras lavábamos los platos. En la terraza de la segunda planta,
donde Suman y yo hemos conectado y me he dado cuenta de que es uno de
los hombres con el corazón más grande que he conocido. En la sala
de estudio, donde he hecho de profesora, de cojín, de taquillera, de
amiga, de hermana y de madre. En la habitación de las niñas, donde
he tenido sesión de peluquería con Anita cada día. Y, sobretodo,
en la habitación de invitados de la segunda planta, donde me asomaba
a escondidas varias veces al día para verlos y desde donde me
llegaban los gritos de Gita llamándome para ir a comer, la risa
contagiosa e inocente tan propia de Saugat y tantos otros momentos
felices.
Mi cuerpo se va,
pero sigo estando allí, bebiendo té negro y con una sonrisa en mi
cara, sintiéndome la persona más afortunada del mundo por haberlos
conocido. Espero haber dejado la mitad de lo que ellos me han dado a
mí. Pramila me ha escrito en su carta hoy que estaba triste porque
me iba y, mientras había estado, habíamos sido una familia que lo
compartía todo. Se equivocaba en algo, sé (y estoy muy segura de
ello) que seguiremos compartiendo un montón de cosas. Os dejo con algunas fotos.
Buenas noches de
parte de la tía Andrea, la más afortunada del mundo.
(Bijay, Pramila, Binod, Kasturi y yo haciendo limpieza a fondo de la cocina)
(Saugat, Anita y yo haciendo pulseras)
(Hari entregado con las pulseras)
(Nuria, Anita, Bijay, Sangham, Saugat, Binod y yo)
(Bijay y yo)
(Suren, the boss, y yo)
(Una de las fotos más bonitas, con Bijay)
domingo, 29 de julio de 2012
(Suman, mi director favorito, y yo)
Mi día ha empezado
un poco regular. La verdad es que me he levantado bien pero a
sabiendas que hoy era mi penúltimo día aquí. Volveré a recoger la
maleta después de la semana de tour y antes de partir hacia el otro
orfanato. También le he pedido a Suren y a Suman si puedo venir aquí
los dos días antes de irme a España. En vez de irme al hotel, me
gustaría más estar aquí. He dejado los niños
en la escuela y me he ido a caminar, mi último paseo aquí. Lo he
disfrutado muchísimo pero tenía los sentimientos muy a flor de
piel, una cosa bestial. He vuelto con el cuerpo tibio y con un nudo
en la garganta.
A la 1 Gita y yo
nos hemos ido a por momos y pepsicola. Era mi comida oficial de
despedida para con ella. La verdad es que ha estado super bien, Gita
y yo creo que tenemos una conexión muy especial, me lo paso genial
con ella, es una gran mujer. Después de la comilona hemos ido a
buscar a Anita y a Sangham al colegio, la pequeña me ha dado la mano
sólo verme y ha estado así todo el camino a casa, Sangham me la
daba a ratos. Cuando hemos llegado al orfanato les he ayudado a hacer
deberes y, al llegar los demás, ha salido el tema de que mañana me
voy. Bijay estaba con una cara bastante triste, aunque hacía por
estar bien, se le nota mucho. Anita, al poco, me ha venido con un
dibujo y una carta para mí. Se ha puesto a llover un montón y Gita
ha venido y me ha dicho que era Shiva llorando a cántaros porque me
iba mañana. Kasturi me ha dicho que no me vaya, que me quede. Le he
dicho que seguramente volveré antes de irme a España.
Todos han estado
achuchándome mucho, muy conmigo. Me hace ilusión porque la mayoría
llevan pulseras que hicimos y dicen que así se acordarán siempre de
mí. A Bijay le he regalado una, que a él no le había hecho. Hari
se ha quedado un poco mal y lleva toda la tarde así. Casi ni me
habla.
La verdad es que no
sé cómo estoy. No sabría expresar mis sentimientos, no me veo
capaz de hacerlo. Los echaré muchísimo de menos. Realmente son unos
niños muy pero que muy especiales, algunos muy sensibles. De cada
uno podría deciros algo. Me siento super conectada a ellos y creo
(estoy bastante segura) de que esto no se acaba aquí. En fin, poco más
por hoy. Voy a preparar kleenex para mañana. Ya os contaré cómo ha
ido. Os deseo muy buenas noches, por última vez, desde al lado de la
fábrica de PepsiCola.
sábado, 28 de julio de 2012
Esta mañana Saugat
ha venido a picar a mi puerta para decirme si quería ir con él a
buscar las notas. Yo no lo he oído así que no he podido ir con él
pero cuando ha vuelto ha venido a enseñarmelas super rápido. Esta
ha sido una mañana de lavado. Entre mi ropa y que entre todos hemos
limpiado la cocina ha sido una mañana productiva, todos hemos
esperado el Daal Bhat con ansia. Cuando la tarde
entraba ha llegado Nuria, una chica de Pamplona que estará aquí
tres días. Parece buena chica, me ha caído bien la verdad. Yo me
voy el lunes de aquí así que estaremos dos días y medio de
convivencia.
Aposentada Nuria,
he bajado los hilos y hemos estado haciendo pulseras con los niños.
A las tres o cuatro pulseras hechas he salido a comprar henna. Suman
ha dejado que me llevara a Kasturi y Anita. Después de la compra,
Kasturi me ha hecho un dibujo precioso en la mano derecha. Obviamente, y no
podía ser de otra forma, cuando Kasturi ha acabado su gran obra ya
estaban todos pidiéndome películas. Hoy han (hemos) visto Aladin y
El rey Arturo. Mientras veían la última me he puesto sentada en el
suelo con Gita hablando un rato. Son momentos de tranquilidad muy
bonitos.
Al acabar el Daal
Bhat de la noche algunos ya se han empezado a preparar para ir a dormir que como
hoy habíamos visto tantas horas de películas mejor era irse a la
cama. Han estado jugando a cartas con Nuria, que hacía una especie
de trucos de magia, y cada uno a su cama correspondiente. Anita me ha regalado un collar con piezas que son cubos pequeños con letras, es un amor. Pramila estaba preocupada porque no ha ido a recoger los zapatos de la escuela al zapatero, se le ha olvidado. Tenía una cara la pobre ya que, si no llevan el uniforme correctamente también les pegan. No hemos encontrado más solución que ir mañana yo y Gita a primera hora y tener los zapatos para las 8.30 que Pramila viene a comer aquí. Espero que la profesora no se enzarce con ella a primera hora.
Poco más por hoy,
prometo mañana enseñaros la mano tan bonita que me ha dejado
Kasturi, a ver si puedo. El lunes me marcho de aquí así que me
quedan los últimos momentos para exprimir cada detalle de aquí... Buenas noches desde
al lado de la fábrica de PepsiCola.
viernes, 27 de julio de 2012
Hoy, cuando he
bajado a por el té Saugat ya ha venido a buscarme para decirme que
si iba con él al cole hoy también me mostraría a sus amigos. Está
super ilusionado y hoy se me caía la baba con él porque iba más
guapo... También les he acompañado sola y Saugat me ha cogido la
mano sólo empezar a caminar. Binod al principio también pero como
es más tímido me la ha soltado rápidamente. Hemos ido los tres
cantando Ai seu ti pego por el camino, que están obsesionados con
esta canción. Después en el colegio han venido todos los amigos de
ayer a saludarme, los he dejado en la escuela y me he ido a pasear un
poco más de media hora por aquí. La verdad es que este sitio me
gusta un montón, es encantador. Me gusta más que el centro de
Katmandú y la zona del hotel. Esto es puro Nepal y da gusto, la
verdad.
Después del paseo
he decidido irme al Thamel sola. He cogido el bus aquí en el cruce y
me he subido. La gente me señala cuando hay sitio para sentarme,
suelen ser muy majos aquí. Me he sentado al lado de una mujer que al
poco me ha dicho que tenía unas manos muy bonitas. Cuando se ha
bajado, le he dicho al chico que tenía al lado si podía indicarme
cuando llegáramos a la parada en la que me tenía que bajar por si
no reconocía el entorno. Me ha dicho que sí y el pobre resulta que
tenía que bajarse dos paradas antes pero se ha esperado a llegar a
la mía y luego me ha dicho que se volvía andando a la suya, que es
donde tenía la universidad. Era estudiante de ingeniería. La gente
tiene cosas como estas, suelen ser personas muy amables y muy
auténticas.
He disfrutado mucho
del paseo hasta el Thamel. He estado haciendo algunas compras y
paseando sola. Cuando he acabado he entrado en el Momo Star porque
tenía un mono de momos que no me lo aguantaba y he comido mis momos
favoritos: momos vegetales con queso. He estado escribiendo mientras
comía, ha sido una experiencia genial. Al salir, iba a marcharme ya
cuando he visto en una tienda una cosa que ha hecho que se me
encendiera la luz. He entrado y el chico que la llevaba resulta que
estaba estudiando español e intentaba hablarme lo mejor que podía.
A mí se me escapaba la risilla porque sin quererlo metía unas
entonaciones y unas cosas que por dentro me partía. Me ha hecho
sentarme y me ha empezado a ofrecer té y yo diciéndole que no.
entonces me ha dicho que le visitara alguna vez y así practicaba
conversación en español. Le he dicho que si estaba por los
alrededores del Thamel ya le visitaría. Después de esto, me ha dado
la mano derecha (signo nepalí habitual) y de repente me besa la mano
y yo ay madre. Me dice que me parezco nepalí y que encantado de ser
mi amigo. Entonces va y me dice que en agradecimiento me regala una
pulsera que tiene una semilla el nombre de la cual es: ojos de Shiva.
Me la pone y también me saca un collar con un elefante (parece que
me lea la mente este) que es Ganesha y me lo regala también y encima
me ha hecho un buen descuento a la compra. Al finalizar, me ha
indicado cómo llevar a la parada de autobuses de la forma más
rápida... ¡Da gusto hacer amigos así!
Cuando iba hacia la
parada de autobuses me he encontrado con una imagen muy fuerte para
mí. Cuando te alejas del Thamel empiezas a ver la pobreza real, la
enfermedad. Ves por la calle gente con miembros amputados o con
miembros fatales pidiendo. Pero lo que me he encontrado hoy no me lo
había encontrado nunca. Iba caminando cuando de repente he visto un
bebé tirado en la calle con un cuenco al lado. Estaba muy sucio y
tenía moscas por todo el cuerpo. Ha sido una imagen realmente cruda.
La madre o familia, no sé lo que era que estaba al lado tampoco
tenían mejor pinta. La cosa es que, aunque sé que esto es una
técnica para que la gente dé mas dinero, es algo que me horroriza
realmente. Pero supongo que cuando hay necesidad se hace todo lo
inimaginable.
Me he vuelto en bus
local sola, todo bien. Ya domino el tema mucho. A medio camino el bus
ha tenido un pequeño problema y se ha quedado parado y nos ha hecho
bajar a todos. Ha podido arrancar de nuevo y nos hemos tenido que
subir casi en marcha. Típico nepalí. Yo pensaba que me quedaba ahí
en medio de la nada y que no podría volver, la risa. Al volver hemos
ido con Gita al colegio de Bijay y Mahesh a recoger las notas de sus
exámenes. La verdad es que Mahesh lo ha hecho muy bien, tiene un
86/100 pero dice que no está contento, que quiere mejores
resultados. Bijay tiene menos y estaba bastante preocupado por si
Suman le decía algo. No le ha dicho nada finalmente. A quien sí le
ha dicho es a Sangham, y mucho. He presenciado como le daban en la
sala de estudio. Ha sido una cosa muy dura, Sangham es el más
pequeño de todos. Sé que es tremendo y que Suman tiene que poner un
poco de orden al asunto, él es un crío complicado que viene de la
calle y es muy rebelde pero, aún así, ver escenas así me rompe el
corazón.
Hoy por la calle me
entraba la risa porque aquí, en Nepal, se ve cada cosa... Los
nepalíes son muy ellos, por decirlo de alguna manera. Aquí ves
autobuses que parecen una lata de sardinas y en los que el efecto
dominó es continuo (si te caes tú, se cae el de al lado y así
consecutivamente), motos con 4 personas encima, chicos de la mano
(entre chicos y entre chicas ir de la mano es signo de amistad muy
fuerte), etcétera. Cosas muy curiosas que no dejan de sorprenderme. En fin. Esto es todo por hoy. Mañana viene una voluntaria nueva al orfanato y seremos dos aquí, a ver qué tal va. Saludos desde el país de las cosas curiosas.
jueves, 26 de julio de 2012
Ayer por la mañana
me fui en el bus local hasta donde vive Sagar y luego nos fuimos con
otro autobús, que por cierto lo conducía una mujer, a la estupa Bodhnath. Esta es el centro principal del
exilio tibetano en Nepal. Alrededor de la base giran unos 800
cilindros de oraciones con la inscripción: Om mani padme hum. La
verdad es que me pareció un sitio muy bonito, la sensación no fue
comparable a la de Pashupatinath pero estuvo muy bien. Es un lugar
tranquilo y apacible y hay varias tiendas de artesanía y demás.
Después de visitar también el monasterio Sagar y yo estuvimos dando
vueltas por allí y al poco decidimos marcharnos. Cogí un taxi para
volver al orfanato y Sagar se fue a coger un transporte que le
llevara a Durbar Square que le tocaba visita con la otra voluntaria.
El viaje en taxi fue tremendo. No sé por qué razón el hombre no cogió el camino de la ciudad y se empezó a meter por zonas no asfaltadas y, claro, teniendo en cuenta que durante la anterior tarde y la noche había llovido un montón había allí un barrizal que tela. A veces el coche iba ladeado porque intentaba no pillar todos los charcos y yo pensaba madre mía no llego al orfanato. La situación más crítica fue cuando llegamos a un barrizal enorme y había un coche y un camión encallados. Ahí sí que pensé, de esta no salimos yo no llego al orfanato y encima no tengo ni idea de dónde estoy. Pero el señor taxista, con la primera y el pedal a tope le dio y al final conseguimos salir del apuro. Llegué al orfanato bien después de tanto sobresalto.
Ayer fue un día
especial en el orfanato, el Día Oficial de los Macarrones con Tomate
(y pollo, en este caso). A las 5, mientras los niños hacían los
deberes Gita y yo nos pusimos a cocinar. La verdad es que salieron
buenos. A todos les gustaron mucho excepto a Pramila que creo que no
le gustan los macarrones y la veía hacer un poco de esfuerzo para
comérselos. La pobre me dio las gracias después. Este gran e
importante día queda documentado en una foto como podéis ver.
Después de la cena acabamos de ver La Cenicienta y empezamos a ver
Robin Hood. Yo me dormía en la película, estaba cansadísima ayer.
Al poco se fue completamente la electricidad y salí de la habitación
d los chicos con el ordenador en mano, el disco duro, el móvil y la
riñonera. Como no veía nada me salté un escalón (para subir a mi
habitación y a la de Souman hay una especie de escalera pronunciada)
y me caí para abajo metiéndome una leche de consideración. Menos
mal que estaba Bijay y me ayudó y vino a mi habitación para darme
la mano y decirme buenas noches como cada día. A la hora más o
menos se fue todo, la luz, el Internet, etc. Salí a lavarme las
heridas y Souman me viene todo preocupado diciéndome que no podré
acceder más a Internet y yo diciéndole que estuviese tranquilo que
estaba cansada y me iría a dormir y él todo preocupado diciéndome
que vale, que me lo intentaría arreglar al siguiente día por la
mañana si las placas solares tenían carga. Souman es muy buen
hombre me cae genial y está muy pendiente de mí y de que esté
bien. Me dice que esta es mi casa y que haga lo que quiera. Ayer
estaba un poco mal porque tiene glaucoma y no ve mucho y se le había
irritado un ojo por dentro y aún le era más incómodo mirar.
Hoy me he
despertado y duchado con agua fría como siempre. Cuando he bajado
Gita me ha preparado el té (que es té negro, según me ha dicho) y
ya han bajado Kasturi, Bijay, Hari, Binod y Saugat a hacer perrerías.
Pramila ha venido al poco, se habrá acercado al colegio para
resolver dudas de los deberes. Esta chiquilla me tiene preocupada.
Intento vigilarla siempre aunque no le diga nada. Hoy se ha levantado
otra vez a las 4 de la madrugada para estudiar y hacer deberes. No
duerme ni 6 horas al día. Le he dicho que el sábado haga el favor
de dormir mucho y descansar sobretodo. Al poco me ha venido Saugat a
decir que si iría con él al colegio y le he dicho que sí que
obviamente y estaba todo contento porque decía ¡te voy a presentar
a mis amigos, bien! Así que post-té y ha tocado el ritual de ver
como se ponen los uniformes, como se peinan o se echan colonia. Le
ato los cordones a Saugat, le quito una mancha de arena que lleva
Binod en el pantalón y nos vamos para la escuela. Hoy ya les he
acompañado yo sola, me ha hecho ilusión. Cuando hemos llegado
Saugat ha empezado a chillar no sé cuantos nombres y a decirme you
wait y yo que sí que sí que no me muevo de aquí. Me ha traído a 5
o 6 amigos y me iba diciendo este es el primero de clase, este el
segundo, este hace tal el otro cual. Estaba emocionadísimo.
Los he dejado en el
cole y, como iba sola, he decidido echar a andar para ver un poco
como eran los alrededores del orfanato. He andado como 45 minutos, no
sé dónde he llegado pero he descubierto por el camino una tienda
que hacen pastelitos nepalíes. Son distintos a los árabes pero
están muy muy buenos. He visto y probado tres: una bola como rellena
de coco con miel por encima, una galleta muy buena que no sé de qué
era y un rombo que creo que tenía frutos secos. Me los he comido de
vuelta al orfanato. Aquí no hay aceras así que me estoy volviendo
ya toda una experimentada en esquivar coches, motos, bicicletas,
autobuses y todos los medios de transporte.
Por la tarde he ido a comprar mangos y a pasear un buen rato. Sin rumbo fijo ni nada por el estilo, simplemente a pasear por el placer de pasear. Ha sido un día bastante reflexivo pero muy bonito. Me encanta salir a pasear y que la gente me sonría. Es genial. Cuando he vuelto hemos puesto un poco de música con el móvil y luego Hari me ha regalado un dibujo precioso. Por la noche, como no, ha tocado sesión de película. Hoy hemos acabado Robin Hood y les he puesto, recomendación mía, El libro de la selva. Les he dicho que les encantaría y efectivamente, así es. Mientras ellos veían la película Gita me pintaba las uñas del rojo que se ponen aquí las mujeres en la festividad que estamos porque dice que no puede ser que me muerda las pieles, me va diciendo: bad, Andrea! Y esto es todo por hoy, amigos. Ya iré subiendo noticias y fotos de estas personitas geniales. Un besazo enorme desde el país de las sonrisas.
Por la tarde he ido a comprar mangos y a pasear un buen rato. Sin rumbo fijo ni nada por el estilo, simplemente a pasear por el placer de pasear. Ha sido un día bastante reflexivo pero muy bonito. Me encanta salir a pasear y que la gente me sonría. Es genial. Cuando he vuelto hemos puesto un poco de música con el móvil y luego Hari me ha regalado un dibujo precioso. Por la noche, como no, ha tocado sesión de película. Hoy hemos acabado Robin Hood y les he puesto, recomendación mía, El libro de la selva. Les he dicho que les encantaría y efectivamente, así es. Mientras ellos veían la película Gita me pintaba las uñas del rojo que se ponen aquí las mujeres en la festividad que estamos porque dice que no puede ser que me muerda las pieles, me va diciendo: bad, Andrea! Y esto es todo por hoy, amigos. Ya iré subiendo noticias y fotos de estas personitas geniales. Un besazo enorme desde el país de las sonrisas.
martes, 24 de julio de 2012
Ayer fui a
Pashupatinath. Había quedado con Sagar para ir pero al final no pudo
venir y fui sola. La verdad es que, viéndolo a posteriori, tenía
que ir sola a un lugar como este. El taxi me dejó en la entrada y,
como yo no había comido nada y el taxista tampoco tenía cambio, me
compré en un bar nepalí (entrecomillemos lo de bar, por favor) un
zumo de mango y una rosquilla que hacen aquí para comer y tuve
cambio para pagarle, todos contentos. Pagué la entrada y contraté a
un joven estudiante que era guía por tres euros. Cuando llegamos a
la zona principal todo empezó a impactarme mucho y a impresionarme.
En este templo se incinera a la gente. Las incineraciones aquí son
públicas y siguen todo un ritual. Primero se coloca el cuerpo que se
procederá a incinerar, el hijo de la familia da vueltas alrededor
del cuerpo con una especie de ofrendas en las manos y luego es la
última vez que pueden verle la cara. Después, el incinerador
empieza a hacer arder el cuerpo hasta que este se convierte en una
enorme llamarada de fuego que tarda 5 horas en quemarse. Transcurrido
este tiempo, se tira al río sagrado donde hay algunas personas
buscando oro ya que, a veces, se les colocan monedas de oro en la
boca a los muertos para la siguiente vida. El cuerpo se quema,
obviamente, pero las monedas no. En Pashupatinath hay dos zonas, la
zona de los pobres y la de los ricos, y un pilón que es donde se
queman a presidentes y otras personalidades importantes.
Me explicó el
significado de los templos con los lingam, los diferentes dioses que
estaban pintados o esculpidos y su historia y culto. Como se está
celebrando la festividad en la que las mujeres van al templo o a
pedir un marido o a pedir larga vida para su marido, había un montón
de gente. Aquí las mujeres rezan para que su marido tenga una larga
vida y para que ellas se mueran primero. Es algo muy fuerte cuando te
lo dicen pero es real. Las mujeres quieren morir primero que sus
maridos porque, cuando se quedan viudas, no tienen derecho a la
mayoría de las cosas. Casi no pueden salir de casa. Entonces,
prefieren morir antes que vivir así.
Después de que se
acabara el tour y de hacerme fotos con sadhus, me quedé por allí un
rato sola. Cabe mencionar, como la mayoría ya sabéis de mi gran
suerte, que me atacó un mono. Estaba bebiendo el zumo de mango que
había comprado cuando veo que la mayoría de la gente de mi lado se
aparta, obviamente me aparté yo también y me encontré con un mono
mirando mi zumo fijamente. Al poco, el chico que estaba a mi lado
dándome conversación me dijo, ¡por favor tírale el zumo o te
saltará encima! Así que le tiré el zumo al mono y el muy marrano
coge, se lo lleva y se pone en la esquina a imitarme, bebiendo el
zumo y apretando el brick. Después del incidente animal, empezó un
ritual de incineración. Yo con el guía no había presenciado
ninguno así que me quedé. Fue ahí donde todo adquirió otra
dimensión mucho más impresionante. Ver el cuerpo, el hijo dando
vueltas alrededor sostenido por personas porque no podía andar casi,
la última vez que le veía la cara a su padre y como se lo llevaban
llorando. Entonces, el cuerpo empezó a arder. Me quedé hasta que
todo era una gran llama naranja y me fui.
Aquí tienen una
visión muy distinta a nosotros de la muerte. Cuando estaba viendo la
incineración, aunque sobra decir que me emocioné muchísimo, supe
que allí, en ese preciso momento, había encontrado otra de las
cosas que estaba buscando aquí.
Hoy he ido con
Sagar al Thamel, a hacer algunas compras. Sagar es un negociante de
cuidado y se hace con todo el mundo como ya he contado aquí varias
veces. También nos hemos pasado por el hotel, el Katmandú Garden,
para ver si estaba Sangita y para recapacitar sobre las compras.
Cuando estábamos allí me he dado cuenta que echaré de menos
tomarme una Coca Cola riéndome con Sagar. Después he cogido el bus
local sola para volver hacia el orfanato que él había quedado con
otra voluntaria que acaba de llegar para ir al Monkey Temple. Me
encanta ir en bus local, aunque a veces parece una lata de sardinas o
tienes que hacer esfuerzos para no caerte encima de alguien, es una
experiencia chulísima. En el Thamel he comprado macarrones y salsa
de tomate, mañana será el Día oficial de los macarrones con
tomate. Cuando Anita y Bijay los han visto se han puesto super
contentos. Bijay, que ya estaba abrazado a mí, me ha empezado a dar
besos. También les he comprado galletas que anteayer se acabaron.
Anita cada día,
antes de ponerse a hacer los deberes, me peina igual que va peinada
ella. Me lo retoca varias veces antes de que se acabe el día. A
medida que van haciendo los deberes me lo van diciendo y se los
corrijo o me preguntan cosas si tienen dudas. Bijay que no sé por
qué suele acabar los deberes rápido, suele estirarse con la cabeza
en mis piernas y hace que duerme durante un rato. Binod me ha dado
oficialmente el dibujo y Bijay ha escrito una semi-dedicatoria bonita
que acaba con un gracias por todo. Me ha hecho mucha ilusión.
Hoy les he dado lo
que les traje. Souman iba haciendo fotos a todo muy emocionado y
Suren me sonreía todo el rato. Me han propuesto que les de media
hora de clase al día de español, he aceptado porque me parece una
muy buena idea. Todos me han dado las gracias luego y me han dicho si
les iba a poner una película (como no, con la cancioncilla del
please, please). Al final les he puesto La Cenicienta. Desde buen
comienzo les ha encantado y a mí me ha hecho especial ilusión
porque siempre ha sido una de mis películas favoritas. Me iban
diciendo qué película tan bonita y todos se reían mucho con los
ratones cantando y con otras escenas. En ese momento he sentido que,
aunque parezca una chorrada, creo que con cosas así les estoy dando
una parte de la infancia que nunca han tenido. Así que es genial.
Me despido por hoy,
que la cama me llama. Un beso enorme desde al lado de la fábrica de
PepsiCola. Os muestro un pequeño repertorio de los monstruitos que conviven conmigo en el orfanato y que tanto quiero:
Saugat, Binod y Hari
Gita y yo
Hari, Saugat, Puppy y yo
Anita comiendo noodles
Bijay durmiendo en mi falda
Binod, Shangam y Hari haciendo deberes
Suscribirse a:
Entradas (Atom)