domingo, 4 de marzo de 2012

“Un puñado de tierra, mi espejo en el cielo."

En homenaje al último film de Icíar Bollaín: Katmandú, un espejo en el cielo. Que, dejando de lado el atractivo de los tópicos cinematográficos, hace que el público se adentre en algo que normalmente no se cuenta, la realidad objetiva. Así pues, nos muestra una ciudad que lleva sus dos caras al extremo, lo que tiene de bueno, lo es mucho, y lo que tiene de malo, también. 
Y a mí, de paso, me ha dado una lección gastronómica. Si alguna vez mi estómago me pide a gritos que no coma más Dal Bhat (दालभात), plato nacional nepalí formado por arroz, lentejas y condimentos picantes o, lo que es lo mismo, lo que habrá para comer cada día, siempre puedo ir al Tibetan Roof Restaurant, en la stupa de Boudhanath (बौद्धनाथ), y pedir Momos (མོག་མོག). Si ya me gustan ahora, no puedo imaginarme cuánto los desearé entonces.

2 comentarios:

  1. Edward Young escribió: "Seamos hoy sabios. Dejemos nuestras manías aplazadas."

    En cuanto al comentario sobre la peli ... creo que has "clavao" la esencia del tema.

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  2. Yo no quise ver la película antes de ir, por no crearme expectatvias, quizá ahora sea un buen momento para verla.
    Por cierto te recomiendo también los del Yangling Tibetan Restaurant

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